Centenario de Selecciones
¿Se acuerdan de Selecciones, aquella revista de bolsillo conocida también por su denominación original en inglés, The Reader’s Digest? Pues ha cumplido cien años. La abuela enseñaba a leer a sus discípulos de mayor edad con esta publicación, siempre novedosa con sus contenidos. Muchos años después, cursando preuniversitario en el colegio San Agustín, en Los Realejos, el profesor orotavense Félix Calzadilla, para enseñar inglés, empleaba la revista para leer en voz alta y, sobre todo, para traducir los textos de algunos de sus contenidos, incluso algunos publicitarios. Ahí descubrimos la variedad y la riqueza de sus temáticas.
Por Salvador García LLanos
Se ha cumplido, en efecto, el centenario de la publicación del primer número de una revista innovadora fundada por el matrimonio Wallace (DeWitt y Lila en el Greenwich Village De New York. Era el 4 de febrero de 1922. Con sesenta y cuatro páginas impresas en blanco y negro, sin fotos ni ilustraciones, entonces sin publicidad, sus textos, a dos columnas en Palatino primero de 8 y pronto de 9 puntos, no eran originales porque su “fórmula” editorial era “editar y condensar artículos de valor permanente” publicados en otros medios: treinta y un artículos, uno para cada día del mes. Dos años antes, habían distribuido un “número cero” entre los principales editores de Estados Unidos y solo el editor William Hearst mostró algún interés, aunque finalmente renunció a publicarla.
Hoy en día mantiene veintitrés ediciones en cuarenta y un países y sigue siendo “la revista más leída del mundo”. En 1938 lanzaron en Londres su primera edición internacional y en 1940 desde La Habana (Cuba) publicaron Selecciones del Reader´s Digest, edición latinoamericana que pronto vendería casi un millón de ejemplares.
A España llegó Selecciones en 1952. Se vendieron noventa mil ejemplares, según se consigna en un interesante reportaje publicado por el periódico La Vanguardia, recordatorio del centenario. Con Fernando Sánchez Juliá, como director, Julio Casares, Leopoldo Panero y Luis Rosales fueron algunos de sus escritores dedicados a editar los artículos con un único fin: que fueran fáciles de leer y accesibles para una gran audiencia.
Antes de la guerra civil española, Sánchez Juliá había sido director de la Escuela de Periodismo de El Debate y presidente de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Selecciones llegó a España en plena “guerra fría” y cuando la ONU y Estados Unidos todavía favorecían el boicot diplomático al régimen franquista. En este sentido, la autorización de la revista fue una medida aperturista que permitía la lectura de artículos periodísticos que vendían una versión optimista y edulcorada de la “American Way of Life” que igual contentaba a protestantes, católicos o judíos.
La mayoría de sus ejemplares se vendían por suscripción, gracias a fantásticas cartas de promoción que se apoyaban en sorteos y premios. El año 1967 fue el más exitoso de la revista con más de dieciséis millones de ejemplares en Estados Unidos y otros doce millones en otros países.
Durante muchos años Reader´s Digest publicó en su portada el índice de artículos de cada mes que terminaba con una versión condensada de un libro de actualidad, y una obra pictórica en la contraportada. De este modo, los fundadores crearon una importante colección de arte, cuyas obras más valiosas hoy están en el Metropolitan Museum de Nueva York.
El periodista español Víctor Olmos, que ocupó cargos de dirección y corresponsalías de la agencia Erfe, tuvo a su cargo la dirección de la edición española durante dos décadas desde 1963. En el citado reportaje, revela que recogíamos temas que “interesan a todo el mundo, los investigamos en profundidad y los explicamos con claridad, hacemos fáciles y asequibles los temas difíciles, nos consideramos como maestros en la divulgación”.
Hoy, Selecciones sigue vendiendo millones de ejemplares, pero ya no es el negocio que fue; no tanto porque la fórmula original haya envejecido sino porque el “periodismo blando” de las “buenas noticias” y la ingenuidad del “sueño americano” ya no son referentes en un mundo más complejo y plural. Eso sí, fueron pioneros en la importancia de “ahorrar tiempo” a los lectores, seleccionar artículos de “interés humano” y descubrir que el futuro de los medios impresos y digitales estaba, y está, en las suscripciones.