Handrick, 'arrepentido', espera ser perdonado y volver a ver a su hijo Jonas

Thomas Handrick, el ciudadano alemán acusado de matar a pedradas a su mujer e hijo mayor en una cueva en Adeje, ha reiterado este martes que se siente "profundamente arrepentido" y que espera que algún día lo perdonen y pueda volver a ver a su hijo Jonas, superviviente y único testigo de los hechos.

Handrick ha hecho uso del turno de última palabra para asegurar que "no quería hacer daño ni lesionar a nadie, menos matar", y que no sabe "cómo pudo ocurrir algo tan horrible".

Entiende, según ha indicado dirigiéndose al jurado popular, que "la sociedad" piensa que debe "ser castigado", aunque se ha quejado de que en el juicio, que ha quedado visto para sentencia, y en el que se enfrenta a una posible pena de prisión permanente revisable, se han dicho "cosas que no son ciertas".

A lo largo del juicio, ha añadido, se ha dado cuenta de que "los medicamentos cambiaban mi vida" y que no era él mismo cuando se produjo el doble crimen, y que es algo que "no se puede explicar".

El fiscal y las acusaciones han coincidido en que la huida de Jonas desbarató un crimen planificado al detalle y que "estuvo a punto de salirle bien" a Thomas Handrick, y también han apuntado a un posible móvil económico.

Mientras, el abogado de la defensa ha insistido en que su cliente padeció un trastorno mental transitorio y ha vuelto a cuestionar la validez del testimonio del superviviente y único testigo.

Tanto el fiscal como las acusaciones, ejercidas por la Oficina del Menor en Alemania y por el Instituto Canario de la Igualdad, han coincidido también en que la estrategia de la defensa se basa "en lo que dice que ha tomado", los medicamentos para la depresión y sus dolores crónicos de espalda, y que no se pudo acreditar.

Sostienen que los hechos del 23 de abril de 2019 en las inmediaciones y el interior de una cueva en las cumbres de Adeje son constitutivos de tres delitos de asesinato, uno en grado de tentativa.

El representante del ministerio público ha indicado que hubo ensañamiento porque las dos víctimas mortales fueron objeto de sufrimiento físico, pues su fallecimiento no fue inmediato, y también psicológico porque "no se les pasaba por la cabeza" que su marido y padre los atacaría de esa manera.

"La maldad existe. Cuando una persona prevé actuar con esa brutal violencia, eso es maldad", ha aseverado.

También ha indicado que Thomas Handrick actuó con alevosía al llevar a su familia a un lugar alejado y que conocía de antemano, donde "no podrían recibir ayuda alguna", con la idea de matarlos a todos.

Y ha añadido que si hubiera matado también a Jonas, de 7 años, "nunca habríamos sabido por qué subieron a esa cueva", donde no fue hallado "un solo indicio" de que el acusado estuvo en ella.

En la escena del crimen no había un solo resto biológico del acusado, tampoco en las uñas de las víctimas, Silvia, su mujer, y Jacob, su hijo mayor, que por entonces tenía 10 años.

Solo encontraron restos de su sangre, mezclada con la de las víctimas, en la ropa que tiró a la basura cuando regresó a su casa sabedor de que el servicio de recogida pasaría a las pocas horas, esgrimen las acusaciones.

Además, Handrick había dejado su móvil en casa, por lo que no se le podría haber podido geoposicionar en el momento de los hechos, y había limpiado a fondo todas las estancias, en especial los baños, que la Guardia Civil encontró "limpia como una patena", ha apuntado el fiscal.

El representante del ministerio público ha afirmado que si Jonas se salvó fue porque eligió para huir una pista diferente al sendero por el que habían subido a la cueva, y que Thomas no bajó por ahí porque va a dar a una zona habitada y se habría arriesgado a que lo vieran cubierto de sangre de camino a su casa.

En cuanto al posible móvil económico, la representante del Instituto Canario de la Igualdad ha subrayado que en las capitulaciones prematrimoniales que firmaron años atrás Thomas y Silvia ella "iba a salir bastante bien parada" en el reparto de propiedades en caso de separación, y además los niños estaban asegurados en caso de sufrir un accidente.

El fiscal ha advertido al jurado popular de que si considera que el acusado sufrió un trastorno mental transitorio, "se va por la puerta, regresa a Alemania, se hace cargo del menor y con parte de la herencia".

El abogado de la defensa ha negado que su cliente intentara matar a Jonas, entre otras cosas porque el padre tuvo ocasión de hacerlo "con total facilidad".

Asimismo, ha descartado que Handrick se empleara con ensañamiento o que intentara despistar a la investigación, bien borrando pruebas, bien mintiendo en sus declaraciones, y ha censurado el intento de las acusaciones de "manipular" al jurado con un "relato novelado" de los hechos, cuando no con afirmaciones "falsarias".

Buena parte de su intervención la ha centrado en la declaración de Jonas, cuyo grado de madurez, ha insistido, no se llegó a validar, y también ha puesto en entredicho la imparcialidad de algunos de los peritos.

Ha hecho hincapié en que el niño declaró que huyó de la cueva hasta en cinco ocasiones, luego cuatro, tres y dos, y que en una de ellas incluso lo acompañó su hermano Jacob, cuando en otras fases de su reconstrucción de los hechos dijo que salió corriendo al ver que su padre se ensañaba con aquel y con su madre.

El abogado de la defensa ha indicado que no pretende "con pequeñas triquiñuelas" que la causa decaiga, sino velar por la seguridad procesal de su cliente.

Y ha apelado al tribunal a que no dicte su veredicto "en base a sentimientos" ni por lo "lo que les dicta el corazón", porque este no es "un juicio sumario", y ha sacado a colación el caso de Rocío Wanninkhof.

"¿Que esto -el crimen- es horrible? ¿Que cualquiera le daría un palo en la cabeza?", se ha preguntado, y ha añadido: "Pero no se trata de eso, sino de si tuvo consciencia y voluntad de matar en base a pruebas e indicios". EFE