Madrid (EFE).- La exposición ‘Néstor reencontrado’ es una muestra antológica que recupera la figura del artista Néstor Martín-Fernández de la Torre (1887-1938), un creador insólito, pero «desconocido y menospreciado» fuera de Canarias pese a la singularidad de su obra y caracterizada por el atrevimiento y la extravagancia.
Así lo han expresado en rueda de prensa el director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, y el comisario de la exposición, Juan Vicente Aliaga, al presentar la exposición de casi 200 obras de este artista multidisciplinar (pintura, pintura mural, escultura, carteles e incluso escenografía para teatros, tapices y biombos), que estará abierta al público en el Museo Reina Sofía desde el 14 de mayo hasta el 8 de septiembre.
Y es que la obra de Néstor, como se le conocía artísticamente, fue reconocida internacionalmente en su tiempo, pero también tachada por los sectores más conservadores de «decadente, malsana y enferma» dado que su producción ahondaba en la sexualidad andrógina, ajena a los cánones binarios de la masculinidad y la feminidad.
Segade ha lamentado el «menosprecio» que ha sufrido este autor canario, que ha hecho que su obra sea desconocida por el público español, lo que ha potenciado su empeño en rescatar del olvido fuera de Canarias la figura de este artista de gran trascendencia en movimientos artísticos como el simbolismo y el modernismo, y con una sensualidad y un homoerotismo que desafío los estándares de la época.
Entre las obras que pueden contemplarse en la exhibición está el polémico ‘Epitalamio (o las bodas del príncipe Néstor)’ (1909) que provocó un gran escándalo en su época, y se exhibió en Bruselas en 1910.
En este lienzo, de grandes dimensiones, se puede ver un autorretrato del artista desposándose con un ‘Néstor trasvestido’ o una figura que representa la versión femenina del propio autor, ha relatado el comisario Aliaga.
La pintura representa unas nupcias transgresoras que molestaron en su época y fueron tachadas de irreverentes.
Su relación con la masonería y el ocultismo o su papel de promotor de la cultura e identidad canaria son otras de las facetas que se pueden apreciar en la exposición.
La muestra repasa los inicios de un joven Néstor buscando su identidad, para ahondar posteriormente en obras de figuras con físico andrógino y en una serie que denominó ‘Los siete vicios’ (1913) de trasfondo homoerótico.
En 1913 inicio su más ambicioso proyecto ‘El Poema de los Elementos’ que dejó inconcluso por su inesperado fallecimiento, por una neumonía a los 51 años.

La idea obedecía al deseo de construcción de una especie de capilla donde presentar cuatro grandes murales dedicados a las cuatro estaciones y cuatro momentos del día: aurora, mediodía, crepúsculo y noche.
En ellos destaca el simbolismo masónico y la representación de la sexualidad en cuerpos que concilian el género masculino y femenino. La temática se centra en la pareja y como telón de fondo el espacio vegetal presente en las Islas Canarias.
Según Aliaga, Néstor sorteó las corrientes de su época para elegir un estilo propio, pero era consciente de que también tenía que producir las obras que el mercado demandaba para satisfacer sus necesidades económicas.
Ahí están obras sobre la mujer española, pero muy lejos de una feminidad cosificada o sometida, «con mujeres musculadas y con una fuerza de carácter alejada de la pasividad».
También cabe en su obra, ha apuntado Aliaga, una serie donde ahonda en la libinosidad de los sátiros, desde la juventud hasta la madurez y murales espléndidos como oda al trabajo agrícola y pesquero de hombres y mujeres. EFE