La Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (AVIBO) ha expresado su profunda preocupación por la gestión que la Administración está realizando tras la detección de la plaga de filoxera en Tenerife. Desde que se identificó el problema, AVIBO activó un equipo de trabajo multidisciplinario que elaboró un exhaustivo Informe Contingente de la Filoxera. Este documento científico-técnico, desarrollado con la colaboración de múltiples agentes, fue enviado a las autoridades competentes tan solo una semana después, con el objetivo de proporcionar un marco coherente y sensato para la toma de decisiones.
El 18 de agosto, observando la evolución de la situación y las incoherencias detectadas, AVIBO se dirigió nuevamente a la Administración, insistiendo en la necesidad de establecer un modelo de gestión basado en el liderazgo y la colaboración. La propuesta incluía la creación de un Comité de Crisis Técnico y la adopción de medidas proporcionadas, fundamentadas en criterios científicos, que garantizaran tanto la protección de los derechos de los afectados como el tiempo de reacción necesario para anticiparse a situaciones más complejas.
Ayer, ante la alarma generada entre los viticultores por la desproporción de las medidas anunciadas, AVIBO comunicó nuevamente su posición por escrito. La exigencia de un informe técnico para todas las vendimias destinadas a bodegas fuera de las comarcas tradicionales resulta inviable desde el punto de vista operativo: requeriría inspeccionar más de 1.000 parcelas en pleno periodo de vendimia, sin contar con los recursos humanos necesarios. Una medida de tal magnitud, lejos de aportar soluciones, podría colapsar la campaña en curso.
Una respuesta incoherente a un problema localizado
Los datos oficiales reflejan que, hasta ahora, se han detectado solo 30 cepas infectadas en un área muy reducida, en su mayoría en una finca perteneciente al propio Gobierno. En contraste, Tenerife cuenta con más de 3.000 hectáreas de viñedo y más de 10 millones de cepas. La verdadera dimensión del problema justifica la delimitación y el control estricto de la zona afectada, así como una vigilancia reforzada en el resto de la isla. No se justifican restricciones indiscriminadas en comarcas sin presencia de filoxera, ni mucho menos medidas imposibles de ejecutar.
Un modelo organizativo inoperante
Para AVIBO, este episodio pone de manifiesto la falta de operatividad del modelo organizativo con el que la Administración ha dotado al sector vitivinícola. La adopción de medidas populistas, infundadas y desproporcionadas, alejadas de criterios científicos y económicos, amenaza la viabilidad de un sector que ocupa la segunda posición en superficie de cultivo del archipiélago, con casi 7.000 hectáreas y más de 8.000 viticultores. Este modelo ineficiente también ha contribuido al declive continuo del sector durante más de una década, con la pérdida anual de más de 300 hectáreas, la falta de relevo generacional, y el reciente rechazo de una subvención de más de un millón de euros destinada al saneamiento de variedades. Esta ayuda habría permitido mejorar el rendimiento de las explotaciones, frenar el abandono y enfrentar con mayores garantías una crisis como la actual.
Compromiso y responsabilidad del sector
AVIBO recuerda que su actuación desde el inicio ha sido coherente, rigurosa y responsable, guiada por la defensa del modo de vida de miles de viticultores y de un sector estratégico para Canarias. «Nuestro deber es velar por la viabilidad presente y futura del viñedo y del vino canario. Por ello, insistimos en que solo un abordaje basado en el rigor científico, la proporcionalidad y la colaboración permitirá superar esta crisis sin comprometer de manera irreversible al sector», subraya la Asociación.