Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- El exrepresentante especial de la UE en el Sahel Ángel Losada ha subrayado este jueves que la seguridad y el desarrollo de Europa depende de la seguridad y el desarrollo de los países del Sahel, con cuyos gobiernos, también los militares, hay que seguir relacionándose desde la cooperación y la ayuda humanitaria.
Así lo ha defendido en unas jornadas de Casa África sobre la nueva geopolítica de esa zona, en las que el antiguo representante de la Unión Africana ante el Sahel Maman Sidikou ha reprochado a Europa «que se haya ido» de la región, donde la pobreza y la ruptura del pacto social entre sus poblaciones y gobiernos ha acrecentado la crisis que vive.
El diplomático español, distinguido con la Gran Cruz del Mérito Militar y la Cruz de Plata de la Guardia Civil, ha coincidido con el director general de Casa África, José Segura, en que Europa no presta suficiente atención a su frontera sur, en un mundo «donde el imperio de la ley se ve sustituido, desgraciadamente, por el de la fuerza», como ocurre en Oriente Medio.
Losada ha aludido al «nefasto contexto geopolítico» por el que «Europa se ha visto desplazada prácticamente de todo el Sahel, donde hoy «no está presente como debería estar, a pesar de los esfuerzos que ha hecho» en una zona que ha definido como «el polígono de crisis», porque en ella se dan cita «todas las que podemos imaginar: de gobernanza, desarrollo, terrorismo, humanitaria, climática y de yihadismo económnico».
Ángel Losada ha defendido que la UE siempre ha considerado al Sahel como una de sus prioridades, como demuestran sus dos estrategias para la región, de 2011 y 2021, la primera sustentada en los principios de seguridad y desarrollo y la segunda centrada en la gobernabilidad y la rendición de cuentas «exigida por los países europeos del norte».

El interlocutor de estas estrategias ha sido el G5 del Sahel, inactivo en la actualidad tras la salida de Mali, Níger y Burkina Faso, aunque ha sido complicado que la sociedad civil de la región participara de ellas, ha dicho.
Por eso, a su juicio «la falta de apropiación» de esas iniciativas «extranjeras» por parte de los países africanos y la falta de coordinación interna de la UE han sido los principales errores en los que se ha incurrido, como quedó patente en el proceso de paz «impuesto por la comunidad internacional» en Mali, donde reside «el epicentro de la crisis» del Sahel.
«Siempre he dicho que no habrá paz en el Sahel si no hay paz en Mali», ha aseverado Losada, quien ha valorado que ese acuerdo de paz logró «poner alrededor de la misma mesa a los grupos terroristas que estaban enfrentados», aunque «no hubo apropiación y era prácticamente desconocido para la población, sobre todo la tuareg».
El fracaso de este intento de paz en Mali explica por qué «hoy en día no tenemos paz en la región» del Sahel, donde las estrategias europeas no se han adaptado a la realidad de esos países, a lo que se sumó la participación de Rusia a través del grupo Wagner, ahora conocido como Africa Korps, ha referido.
La intención europea de aplicar en el Sahel la rendición de cuentas o el buen gobierno «no fue bien presentada a las élites locales, muchas con un alto nivel de corrupción, que no quisieron aceptar ese nuevo control».
Además, la población saheliana ha percibido el concepto de democracia de una forma muy diferente a como se percibe en el mundo occidental, de forma que para muchos «es un sistema occidental que permite a los líderes corruptos mantenerse en el poder», lo que lleva a que el 60 % de los africanos no cree en los beneficios de la de la democracia porque «no percibe sus dividendos».
La falta de sensibilidad occidental hacia la cultura y tradiciones de los países del Sahel ha sido, a juicio de Losada, otro de los errores que la UE ha cometido en la región, donde se asientan antiguos imperios, como el maliense.
«Necesitan también ese reconocimiento, que quizás no hemos sabido transmitir correctamente y que deberíamos haberlo hecho. También se ha criticado que el enfoque europeo ha sido demasiado securitario y muy poco de desarrollo y no es cierto. Basta con ver las cifras que se han dedicado al desarrollo», ha apostillado.
Para Losada, la UE ha desarrollado en el Sahel una «mala política de información, frente a la bien engrasada propaganda rusa, incluso soviética», por lo que su población no ha entendido «los beneficios que podía traer lo que estábamos llevando a cabo».

El diplomático español ha concluido que el camino a seguir por la UE en el Sehal pasa por «relacionarse con las juntas que han dado golpes de Estado y que están cerrando partidos políticos y encerrando a periodistas porque las relaciones políticas siempre tienen que existir» para permitir «una solución diplomática a cualquier crisis».
«Si nos abstenemos, si salimos de ese entorno, será mucho más difícil volver», ha advertido, al tiempo que ha recalcado que lo que se haga en adelante en el Sahel deben ser «procesos más inclusivos, apropiados, que vengan» de sus países y que la UE habrá de apoyar.
La fórmula que defiende Losada para que la UE se relacione en adelante con las juntas militares del Sahel pasa por la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria, que nunca han de cesar y que habrá que brindar haciendo uso de la «paciencia estratégica», esto es, sabiendo que «Rusia, que tiene un enfoque mucho más securitario, no dará ni un rublo para el desarrollo» y que hace uso de unos métodos «en los cuales la fuerza se impone muchísimo».
«La Unión Europea tiene que estar ahí esperando para intervenir cuando ellos lo pidan, porque eso sería fundamental», si bien «la participación con las juntas siempre tiene un límite, por supuesto, el respeto de los derechos humanos», ha referido.
Sensibilizar a la sociedad civil, sobre todo a las mujeres, con seminarios sobre la implicación de la UE con el futuro del Sahel y facilitar las remesas de los migrantes o los visados, para lo que habrá que dotar a las embajadas de medios suficientes, son otras tareas pendientes, en opinión del diplomático. EFE