Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- La directora de la sección Planeta Futuro, de ‘El País’, Ana Carbajosa, reivindica un periodismo de profundidad y reflexivo que «acuda al lugar donde suceden las cosas» para lograr reportajes como ‘Viaje a los orígenes africanos de los objetos robados’, reconocido con el VII Premio Saliou Traoré de Periodismo en Español sobre África.
En declaraciones a EFE, Carbajosa, editora y coordinadora del proyecto, ha recalcado que en estos momentos de ‘fake news’ es «muy necesario» que se valoren trabajos como este, en el que tras más de un año nueve periodistas han conseguido ofrecer un nuevo enfoque al expolio de obras de arte en África durante la época colonial sin «intermediarios».

Trabajo en equipo
Ha sido un trabajo en equipo que ha contado con la colaboración en la edición de Patricia Rodríguez y Beatriz Lecumberri y de los redactores Alejandra Agudo, Nalova Akua, Chema Caballero, Marc Español, Lola Hierro, José Naranjo, Raquel Seco y Beatriz Lecumberri, que desde Camerún, Senegal, Tanzania, Benín, Costa de Marfil, Madagascar y Egipto se acercaron a la población africana para entender el significado de esos objetos, «lejos de la mirada occidental» y de los museos donde se exponen o se almacenan.
«Han ido a los países que lo sufrieron (el expolio de bienes culturales e histórico) para entender de mano de su población su significado», pero no solo como obras de arte, remarca la coordinadora de este reportaje colectivo, galardonado por Casa África y la Agencia EFE con el Saliou Traoré.
Sus autores han conseguido explicar que una escultura de la diosa Ngonnso robada de Camerún y que se conserva en un museo de Berlín fue un símbolo de unión para su pueblo; que tres figuras antropomórficas saqueadas por Francia representan a los tres últimos monarcas del reino de Dahomey, ahora Benín, acompañaban a las tropas en los combates; o que el tambor Djidji Ayokwé usurpado por los colonos franceses en Costa Marfil es un instrumento sagrado del pueblo bidjan, símbolo de resistencia por su poder de comunicación.
Ana Carbajosa defiende la importancia de acudir a los lugares donde fueron creados y conocer el valor extraordinario que tienen estos objetos que se muestran en el reportaje y que representan la «punta de un inmenso iceberg», pues el trabajo ha indagado en solo siete países del continente africano.
«Fuimos a donde logísticamente era posible con la intención de ofrecer una muestra muy variada de los distintos tipos de objetos que fueron expoliados; restos humanos, máscaras, espadas, esculturas, tambores (…), con atribuciones y significados diferentes y en procesos de restitución diferentes», explica.
Una generación que exige justicia poscolonial
«Para nosotros es importante ampliar el significado de esos objetos y de las voces en relación a ellos para trasladar el mensaje de que hay una generación que está exigiendo justicia poscolonial y unas relaciones más igualitarias con los antiguos colonizadores», remarca.
En este momento de cambio político y social que afecta a la globalidad «estas voces son importantes», argumenta, porque el fenómeno de restitución de objetos se enmarca también en el contexto del despertar de la justicia poscolonial.
Se empiezan a mover las cosas, pero no es fácil «porque hay cuestiones jurídicas muy alambicadas», aunque «hay un deseo e ímpetu político que ya se aprecia» en países como Alemania, Holanda y Bélgica.
La devolución entraña un trabajo inmenso con procesos jurídicos complejos en los que hay que ir objeto por objeto, y es verdad que muchos países europeos van muy despacio y que no ha habido una voluntad política decidida, pero hay países que están tratando de pisar el acelerador, recalca la coordinadora de Planeta Futuro.

«Hay conciencia por contextualizar»
«Hay conciencia por contextualizar y hay avance evidente e insuficiente», abunda.
Pero, sobre todo, Carbajosa hace hincapié en que han surgido generaciones más jóvenes, muchos movimientos, organizaciones y asociaciones en el sur global y en el norte y en que hay una evolución de este fenómeno en muchos países africanos como consecuencia del despertar poscolonial que se está gestando por toda África y que ha sido impulsado por la pandemia de la covid 19 y las nuevas generaciones.
Los países africanos se independizaron «de un día para otro», pero la digestión de la historia va mutando y ahora se exige una relación de más igualdad, indica Carbajosa, quien también ha recibido este año el premio África Mundi por su reportaje ‘La fiebre de oro envenena el Dorado africano’, que aborda la minería ilegal en Ghana.
El trabajo premiado con el Saliou Traoré surgió hace más de un año en Dakar, durante un paseo que Carbajosa dio con el corresponsal de ‘El País’ en Senegal, Pepe Naranjo -primer Premio Saliou Traoré y Premio Canarias de Comunicación-, en el que pasaron por delante del Museo de las Civilizaciones Negras, que conserva el primer objeto devuelto a África por Francia: un sable que supuestamente perteneció al fundador del Imperio Toucouleur, líder político y religioso del siglo XIX y que también forma parte del reportaje.