Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- La creadora Elia Verona ha aunado antropología y arte para rendir tributo a la belleza y sabiduría del cuerpo anciano con la exposición ‘Dámaso, una corpografía’, en una sociedad en la que el cuerpo válido es el sano, joven, útil y productivo.
Fotografías, un vídeo, grabados y telas se entrelazan en la sala del Centro de Artes Plásticas de Las Palmas de Gran Canaria desde este jueves y hasta el próximo 16 de mayo para reflexionar sobre el cuerpo humano a través del reconocido artista grancanario, que se ha prestado a mostrar sus arrugas y cicatrices, desafiando los cánones de belleza.
Para Verona, el cuerpo del pintor, de 91 años, siempre ha sido trasgresor «porque ni en la dictadura ocultó su homosexualidad, cuando muchos se escondían, y ahora vuelve a ser trasgresor con otro cuerpo que tampoco es normativo, que es el anciano, y se vuelve a desnudar. Y creo que tiene mucho valor».
Visiblemente emocionado, Pepe Dámaso ha explicado a la prensa que en su larga carrera no había tenido esta experiencia de que sea su cuerpo el que se valore y ha agradecido que la artista, 42 años menor que él, lo reconozca como obra y lo exponga «con la sinceridad» que lo ha hecho.
El trabajo de Elia Verona empezó en el año 2020 cuando comenzó a entablar una relación de amistad con Dámaso para desarrollar sus tesis doctoral para El Colegio de Michoacán en México, en la que buscaba mezclar arte y antropología.
Debido a que coincidió con la covid-19, la relación se fue fraguando a través de horas y horas de conversaciones grabadas que inicialmente trataban del arte y la canariedad y que verán la luz en un libro.
Tras terminar la pandemia, Dámaso consideró que era necesario ilustrar ese libro a través de fotografías, y sugirió una de ellas, que fue el punto de partida de todas las demás.
La creadora reconoce que no sabía que iba a desnudar a Dámaso en un proceso que terminó siendo «un devenir completamente natural».
Dámaso asegura que «no es una tesis más, es una tesis con un sentido muy honesto, verdadero y directo, y eso me tiene mantenido con un sentido tan maravilloso de la existencia que estoy feliz de mostrar al mundo mi cuerpo».
Verona ha declarado que nunca en su vida había conocido a alguien que tuviera «una entrega tan grande al arte» como Dámaso al asegurar que «la cultura lo atraviesa y es su entrega mayor».
«Conocer a alguien que nunca envejece, porque siempre está creando, me ha hecho ver realmente la dimensión que tiene un artista que se entrega toda su vida a ello», ha agregado.
Para Pepe Dámaso esta exposición muestra una «entrega entre la mirada y el objeto cuerpo», en una creación que ambos aseguran que ha sido lúdica sin que ello haya supuesto quitarle seriedad.
En la exposición, además de las fotografías de Dámaso en blanco y negro, pueden verse también collages que superponen el cuerpo del artista que atesora más de nueve décadas de vida junto a los apuntes de la directora de la tesis doctoral de Verona, así como elementos geométricos y telas, tan presentes en la obra del pintor.
La creadora ha explicado que en un binomio vida-muerte, decidió optar por la sobriedad del blanco y negro para las fotos, y que con la geometría y otros colores ha querido reflejar lo que es intangible del cuerpo, «porque el cuerpo no es solo piel, no es solo vísceras, es también alma o como quieran llamarlo: espíritu, energía y emociones».
Además, con unas telas que cuelgan en la sala ha buscado que simbólicamente «atraviesen» el cuerpo de las personas que visiten la exposición.
Dámaso ha defendido que esta exhibición es «un compromiso», porque, «como está el mundo, no podemos estar con una estética gratuita de entretenimiento de cuadros porque sí». EFE