El nuevo Plan de Acción contra el Ruido, anunciado esta semana, no debería implicar el abandono de una ordenanza que es considerada una necesidad por los vecinos, según Rubens Ascanio, concejal y coportavoz de Unidas se Puede en el Ayuntamiento de La Laguna. Ascanio sostiene que este plan, encargado a Gesplan por el gobierno local de PSOE-CC, podría ser un intento de «frenar la aprobación definitiva de la Ordenanza del Ruido», documento que estaba listo al finalizar el mandato anterior.
El concejal recuerda que en abril de 2023, el entonces responsable del área de Medio Ambiente, Lucha Contra el Cambio Climático y Bienestar Animal, José Luis Hernández, dejó la nueva Ordenanza Municipal de protección contra la contaminación acústica y vibraciones en la fase de consulta pública. Este documento abordaba el ruido como un problema de salud pública, estableciendo medidas para combatir las emisiones acústicas perjudiciales.
Ascanio subraya que el ruido es un contaminante con «efectos claros en la salud y la convivencia», capaz de aumentar la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, provocar cansancio y bajo rendimiento e incluso causar daños irreversibles en la audición. Insiste en que regular esta problemática es una demanda comunitaria, enfrentando obstáculos como la incapacidad de resolver localmente los conflictos y denuncias relacionados con el ruido, debido a que herramientas como el mapa del ruido o la ordenanza de convivencia son insuficientes.
El documento elaborado por el equipo político anterior se basa en la normativa estatal vigente, incluida la Ley 37/2003 del Ruido y sus decretos relacionados con la zonificación acústica, los objetivos de calidad, las emisiones acústicas y la gestión del ruido ambiental.
Unidas se Puede considera que, a pesar de que el nuevo Plan de Acción podría servir como herramienta de análisis, no será posible implementar medidas sin una ordenanza y los instrumentos necesarios, como equipos técnicos y sonómetros, que permitan imponer sanciones en casos de incumplimiento y evaluar el impacto sonoro de eventos.
«Llevamos ya dos años con la ordenanza guardada. Parece evidente que no hay demasiado interés en su desarrollo, y quizás, con este Plan, solo se busque tener excusas para que la ordenanza termine archivada», comenta Ascanio. El concejal cree que un «poderoso lobby de las actividades lúdicas al aire libre», que son una fuente económica y de empleo difícil de controlar, podría estar interesado en que La Laguna siga sin ordenanza.
Rubens Ascanio también recuerda que el concejal de Medio Ambiente mencionó hace un año que estaban esperando unos documentos, «pero deben estar viniendo desde la Antártida a pie». Indica que el mapa del ruido de La Laguna, aprobado en 2018, ya señalaba la falta de una ordenanza propia, lo que minimizó su efectividad.
«Pedimos valentía para sacar adelante la Ordenanza. Una norma municipal clara y con sanciones permitirá abordar esta demanda de los residentes del municipio», concluye Ascanio.