El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano de la historia, ha fallecido a las 07:35 horas de este Lunes de Pascua a los 88 años de edad en su residencia del Vaticano. Jorge Mario Bergoglio, primer jesuita y primer latinoamericano en dirigir la Iglesia Católica, expresó en reiteradas ocasiones su intención de viajar a Canarias ante la crisis migratoria que azota al archipiélago. Lo cierto es que nunca llegó a concretar una fecha, pero la sensibilidad que siempre mostró con los migrantes elevaba el tono del pontífice cada vez que tenía oportunidad de denunciar la pasividad de la comunidad internacional ante esta cuestión.
Fueron muchas las intervenciones en las que hablaba de «la globalización de la indiferencia» y por eso se esmeró en visitar lugares muy necesitados del foco mediático y que a menudo sufrían crisis humanitarias severas. La visita del pontífice en 2013 a la isla de Lampedusa, en Sicilia, que anualmente recibe a miles de personas procedentes de las costas africanas en busca de un futuro mejor, fue el primero de los 47 viajes que hizo Francisco.
Lejos de rebajar el tono, durante el pontificado del llamado ‘Papa del Pueblo’, mantuvo su voluntad de estar presente en las consideradas periferias del mundo, unos lugares a los que siempre dio prioridad, y entre los que no llegó a incluir a España. Las Islas Canarias estaban en su radar, lo ratificó en 2023 cuando manifestó el impacto que le generó la imagen de tres nigerianos que viajaron durante 11 días en el hueco del timón de un petrolero que llegó al puerto de Las Palmas de Gran Canaria: «esa foto me tocó«, aseguró Francisco.
La visita nunca llegó a producirse, pero en ese mismo año quiso mostrar su «aliento y cercanía» a los obispos canarios a través de una misiva en la que agradeció el esfuerzo que se hace en Canarias para dar respuesta a la emergencia humanitaria: «la sensibilidad y hospitalidad que caracteriza al pueblo canario deja huella también en el modo de acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas que llegan a sus costas buscando un porvenir».
Las últimas horas del Papa Francisco
Francisco, que salió del hospital el pasado 23 de marzo tras una larga hospitalización de 37 días por una grave neumonía, apareció en público por última vez este domingo en la plaza de San Pedro, para dar la tradicional bendición Urbi et orbi. Notablemente fatigado, apenas podía hablar y solo deseó una feliz Pascua a los fieles.
Luego dio una vuelta por la plaza en el papamóvil, una escena que ahora se convierte en su despedida de la multitud y que quedará guardada para siempre en la memoria de los fieles que tuvieron la posibilidad de verle en público por última vez. Su último encuentro conocido fue con el vicepresidente de los Estados Unidos, J. D. Vance, a quien recibió en una audiencia privada y a quien le habría mostrado su ya conocido rechazo a la política migratoria de Donald Trump.
Adiós al ‘Papa del Pueblo’
Jorge Mario Bergoglio fue el elegido para emprender una renovación en la Iglesia católica, ponerla al día y acometer reformas pendientes. Con un carácter a veces impulsivo y enérgico arremetió contra el sistema capitalista actual, defendió la ecología y la importancia de combatir el cambio climático, aceptó a la comunidad LGTBIQ+ con un papel activo en la Iglesia, también el de las mujeres -aunque aún queda lejos la ordenación femenina de la habló en reiteradas ocasiones-, y se atrevió a darle voz a los abusos en la Iglesia sin cortapisas y llamando a acabar «con la camaradería y sus silencios».
A diferencia de sus antecesores en el cargo, Francisco será enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, no en el Vaticano, y su funeral será austero, como el de «un pastor y un discípulo de Cristo, y no del alguien potente de este mundo». Así lo dejó dicho tras la muerte de Benedicto XVI, y en 2024 modificó el protocolo funerario «para que los papas seas velados y sepultados como cualquier hijo de la Iglesia«.