Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- La Agencia Tributaria y la Guardia Civil han desarticulado una banda que traficaba con cocaína desde un laboratorio de Tenerife, en una operación denominada ‘Silbo’ que ha supuesto 34 detenciones y la incautación de más de 2.000 kilos de esta droga.
Con la colaboración de Europol, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y la Policía Judicial de Cabo Verde, las autoridades españolas también requisado armas de fuego modificadas, más de 600.000 euros en efectivo, 16 vehículos y cinco embarcaciones.
Además, han bloqueado bienes muebles e inmuebles por valor de más de dos millones de euros, según han precisado este lunes los responsables de la operación en un comunicado.
‘Silbo’, una investigación iniciada hace dos años por Vigilancia Aduanera y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), ha permitido el desmantelamiento de un laboratorio de cocaína situado en una finca de El Escobonal (Tenerife), donde se almacenaba gran cantidad de productos químicos altamente nocivos para la salud y utensilios necesarios para el procesado y adulteración de la droga.
El principal responsable de la organización, que operaba desde esta isla, controlaba sociedades nacionales y extranjeras del sector de la restauración, inversiones inmobiliarias y alquiler de vehículos y estaba vinculado con sociedades pesqueras y otros activos ocultos a terceros.
La Guardia Civil y la Agencia Tributaria resalta que se trata de una de las organizaciones criminales más activas con epicentro en el archipiélago canario en lo que al narcotráfico se refiere y, para desarticularla se han practicado unos 40 registros practicados en distintos puntos de España.
En la fase final la operación se han llevado a cabo actuaciones en las islas de Tenerife, La Gomera, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, además de en otras provincias como Madrid, Barcelona, Pontevedra, A Coruña y Málaga.
El origen de esta investigación se centró en la figura de un empresario tinerfeño de 42 años relacionado con los sectores del ocio nocturno, la restauración y la construcción principalmente, también con varias empresas en el extranjero, «todo ello utilizado para dirigir una compleja organización criminal desde las Islas Canarias para introducir importantes remesas de estupefacientes a nivel regional, nacional e internacional».
En paralelo a su gestión empresarial, este empresario negociaba directamente la entrega de notorias cantidades de cocaína desde barcos nodriza procedente de Suramérica a otras embarcaciones por él gestionadas para su posterior entrada en el archipiélago canario, principalmente, aseguran la Guardia Civil y la Agencia Tributaria.
En este escenario, los investigadores incautaron dos remesas de notoria relevancia con destino a Santa Cruz de Tenerife, una de ellas de 500 kilos de cocaína en enero de 2024, en una embarcación que la había transbordado previamente desde un buque procedente del continente suramericano, y posteriormente, en el mes de noviembre del mismo año, otra de 1.600 kilos de la misma sustancia.

En este segundo caso, el cabecilla de esta organización criminal había dispuesto un barco pesquero en Guinea Bissau, junto a un socio afincado en Galicia, con la intención de abastecerse del estupefaciente de la misma manera que la anterior aprehensión, aprovechando la conocida ‘Ruta Africana de la cocaína’.
Además, esta persona contaba con infraestructura marítima y terrestre en otras islas del archipiélago, empleadas para recibir importantes cantidades de hachís procedente de Marruecos, las cuales eran enviadas a Reino Unido, consiguiendo un rápido retorno de beneficios económicos que detectaron los investigadores.
La investigación económica desarrollada de forma paralela ha permitido conocer que el principal responsable de la organización había construido un entramado societario para el blanqueo que realizaba fuertes inversiones en distintos sectores económicos.
Para ello, empleaba empresas nacionales y extranjeras del sector de la restauración, inversiones inmobiliarias y otras y se apoyaba en terceras personas de su entorno de confianza.
También estaba vinculado con sociedades pesqueras y otros activos ocultos a terceros y utilizaba una empresa de alquiler de vehículos para blanquear los beneficios obtenidos en el tráfico de drogas, así como para la distribución de los estupefacientes mediante el uso de su flota.
«Extremadamente violentos»
«El pasado mes de abril, se intervinieron 66 kilogramos de cocaína que se pretendían introducir en Tenerife mediante un vehículo de esta empresa, ocultos en el mismo mediante un sofisticado sistema hidráulico, pudiéndose averiguar que este cargamento había sido sustraído previamente a otro grupo criminal, para lo que habían secuestrado a un integrante del mismo», señalan los investigadores.
El grupo criminal ahora desarticulado utilizaba a miembros «extremadamente violentos», entre ellos un ciudadano cubano y otro colombiano, ambos con formación militar, que ejecutaban acciones sobre determinados objetivos para hacerse con activos de distinta índole, llegando incluso a forzar a un tercero en el sur de Tenerife para apropiarse de unos terrenos en el municipio de Candelaria.
A lo largo de la investigación, también se pudo saber que también tenían proyectada la adquisición de armas de fuego ilegales en la península, mientras impartían formación militar a otros integrantes del grupo. EFE















