Santa Cruz De Tenerife (EFE).- Representantes de las principales instituciones públicas y entidades sociales del archipiélago han acudido este miércoles al funeral por el expresidente canario Manuel Hermoso, el hombre que trabajó por dar voz al pueblo, en palabras del obispo de Tenerife, Eloy Santiago.
A las 11:45 horas de este miércoles partió de la sede de Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife el féretro con los restos mortales de Manuel Hermoso, quien fuera presidente de Canarias de 1993 a 1999 y cuyo velatorio se ha desarrollado en la sala «Adán Martín» hasta su salida, a pie, hasta la Iglesia Matriz Nuestra Señora de la Concepción.
Precedido por la familia del expresidente autonómico y exalcalde de Santa Cruz de Tenerife entre 1979 y 1991, la comitiva que acompañaba al fallecido dirigente nacionalista canario ha estado encabezada por el actual jefe del Gobierno regional, Fernando Clavijo; y el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, y también expresidente canario, Ángel Víctor Torres.
También han liderado la comitiva la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez; la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila; el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez; el vicepresidente autonómico, Manuel Domínguez, y el expresidente regional Román Rodríguez.
Pero además han acompañado a la familia de Hermoso, el dirigente que impulsó la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), germen de la actual Coalición Canaria, representantes de distinto signo político, como los socialistas Sebastián Franquis, Nira Fierro y Patricia Hernández y los populares Lope Afonso y Antonio Alarcó, entre otros.
Además han acudido al funeral el presidente del Cabildo de La Palma, Sergio Rodríguez, y su predecesor José Luis Perestelo, los alcaldes de La Laguna y La Orotava, Luis Yeray Gutiérrez y Francisco Linares, respectivamente, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Suárez, y su antecesor Ricardo Melchior, entre otros representantes institucionales.

Escoltado por las policías local y autonómica, el féretro con los restos mortales de Manuel Hermoso fue recibido por el obispo de la Diócesis Nivariense, Eloy Santiago, que durante el responso ha subrayado cómo el expresidente «da nombre al compromiso político por su pueblo».
El prelado ha recordado cómo Hermoso fructificó su actividad política en los albores de la democracia, cuando florecía la esperanza y la cercanía entre dirigentes y vecinos y «trabajó por dar voz al pueblo en instituciones locales y nacionales».
«Vivió su vida con intensidad, dándose a los otros, a la sociedad, no de forma egoísta encerrado en sí mismo», continuó el obispo, para quien el fallecimiento del expresidente, apenas a un mes de cumplir 90 años, deja «un cierto espíritu de orfandad, de vacío».
Manuel Hermoso vivió una vida de logros pero también de sufrimiento, marcado por el acontecimiento más descorazonador que puede vivir una familia, la pérdida de un hijo, añadió Santiago, quien subrayó además cómo supo «pastorear» sus empresas, su ciudad y el archipiélago «para conducirlo a un futuro mejor».
«Dio esperanza a pesar de los nubarrones», enfatizó el prelado.
Al término del funeral intervino la diputada nacionalista y exalcaldesa de La Laguna Ana Oramas, cuya vida política impulsó el fallecido Hermoso y que habló, a petición de la familia, para indicar que «hoy ha vuelto a abrazar a su hijo y, estoy segura, ya se ha puesto a arreglar el cielo junto a Adán (Martín)».
Hermoso fue un político que podía mirar su pasado «con mirada limpia» tras una trayectoria de lealtad y honradez, añadió Ana Oramas, quien rememoró que «quienes formamos parte de su equipo nos sentimos parte de un sueño, el sueño de todo un pueblo».

También hizo de la sencillez una virtud con un ejercicio permanente de diálogo, tolerancia y respeto ya que, como ingeniero que era, construía «puentes» con sus adversarios, que no enemigos.
Pero si Hermoso logró algo fue porque tenía a su lado «a su mejor apoyo y a su mayor crítica», su mujer Asunción, quien le acompañó en los momentos en que como alcalde apostó por los barrios de Santa Cruz y elevar su calidad de vida y «sacudió el orgullo de toda la isla» y luego, como presidente, impulsó una Canarias unida y siempre parte de Europa.
Ana Oramas ha divulgado además el mejor consejo que le dio Manuel Hermoso: «quizás no puedas resolver los problemas de una persona, pero nadie debe irse sin que ser escuchado», lo que a su juicio mostraba cómo «siempre fue por la vida de cara, a pecho descubierto» y a su debido momento, hizo algo poco frecuente hoy en día: dar un paso a un lado.
50 años después de haber comenzado su actividad política todavía iba Manuel Hermoso por la calle y le gritaban «¡adiós alcalde!», ha proclamado Ana Oramas, quien lo ha calificado de «gigante» y el recuerdo de una generación «que hizo posible el sueño de hoy».
«Aquí yace una parte de nuestra historia. ¡Adiós presidente, adiós alcalde!», ha despedido Oramas en su intervención, recibida con aplausos, a quien impulsó el nacionalismo canario en la década de los 90 del pasado siglo. EFE