El viceconsejero de Bienestar Social, Francisco Candil, explica las políticas impulsadas por el Ejecutivo autónomo en materia de atención a menores migrantes en un curso de verano de la Universidad vasca
Establecer un sistema común para el tránsito a la vida adulta y la emancipación; diseñar un modelo de intervención integral centrado en la persona y asegurar una financiación pública estable y suficiente, son algunas propuestas de mejora en materia de atención a las personas menores extranjeras no acompañadas reseñadas por el viceconsejero de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Francisco Candil, en el marco de un curso de verano que bajo el título ‘Menores migrantes no acompañados… y cómo construimos el futuro’ se celebra en la Universidad del País Vasco.
En este marco, Candil intervino con una ponencia, que bajo el título “Menores migrantes. Propuesta y experiencia desde Canarias“, en la que detalló las diferentes actuaciones que el Ejecutivo canario ha llevado a cabo en materia de atención a las y los menores extranjeros no acompañadas que llegan al Archipiélago.
La Guía de Buenas Prácticas para la atención y acogida de menores migrantes, elaborada junto a más de 50 ONG, fija como principio rector el interés superior del menor “de toda política y medida” y establece “un sistema nacional y europeo de acogida centrado en los derechos de la infancia y la corresponsabilidad de todos los territorios”.
“Hablamos de atención especializada, salud mental, mediación cultural, apoyo a niñas y adolescentes, programas de emancipación y formación profesional, porque la infancia migrante no es un expediente, ni una cifra, sino personas con derechos y sueños”, enfatizó Candil, quien insistió en que “persisten retos estructurales: la sobreocupación de los centros, con picos que han llegado al 160%; la falta de recursos, la ausencia de programas de acompañamiento post-tutela y la desigualdad en la atención entre territorios, lo que incrementa el riesgo de exclusión y dificulta la integración efectiva”. “Por eso, la experiencia de Canarias ofrece lecciones claras para Europa: hay que poner los derechos de la infancia en el centro, garantizar una acogida digna y coordinada, luchar contra el racismo y el estigma, planificar la transición a la vida adulta y escuchar a los propios menores, apostando por la cooperación internacional y la corresponsabilidad real entre territorios.”
“Canarias ha defendido con una sola voz el texto legal para la distribución extraordinaria de menores migrantes, consensuado con el Estado y con el apoyo de cabildos, ayuntamientos y universidades, y ahora urge que se convierta en una realidad efectiva”, enfatizó el viceconsejero.
“La infancia migrante no puede esperar: actuar ahora, con ética, visión y determinación, es nuestra obligación como sociedad democrática. Canarias seguirá compartiendo su experiencia y exigiendo una respuesta europea, solidaria y centrada en los derechos de la infancia”, concluyó.