Madrid/Barcelona (EFE).- El rey ha presidido este viernes en el Palau de Pedralbes la foto de familia de la XXVIII Conferencia de Presidentes, una cita precedida de gran tensión política y en la que, a pesar de las discrepancias, el Gobierno confía en sacar adelante un gran pacto en vivienda.
Antes de la tradicional fotografía, el rey y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez han saludado uno a uno a todos los asistentes a la cita, que tiene como anfitrión al presidente de la Generalitat, Salvador Illa.

Los presidentes autonómicos y los miembros del Gobierno que acompañan a Sánchez -las tres vicepresidentas y nueve ministros- han sido recibidos en los jardines del palacio por Illa, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto.
Decenas de reporteros gráficos acreditados han inmortalizado los saludos y apretones de manos que se han ido repitiendo, con el foco en cada gesto y en cada corrillo.
Tras despedir al rey, habrá sendas declaraciones institucionales de Sánchez e Illa y comenzará formalmente la reunión.
Tiene en esta edición un extenso orden del día, tras reclamar los presidentes autonómicos del PP que, además de hablar de vivienda y educación, como quería el Gobierno, se debatiera financiación autonómica, energía, transportes, dependencia y hasta justicia, punto en el que reclaman paralizar las reformas puestas en marcha por el Ejecutivo.
Cuando concluya la conferencia, todos los presidentes autonómicos y, en nombre del Gobierno, el ministro de Política Territorial, ofrecerán una rueda de prensa.
No hay hora fijada para la conclusión del encuentro. Está previsto que cuando termine todos los presidentes autonómicos ofrezcan una rueda de prensa y que en nombre del Gobierno tome la palabra el ministro de Política Territorial.
Salvador Illa ha anunciado que, en su intervención, utilizará la lengua catalana. Y lo mismo ha anunciado el lehendakari, Imanol Pradales.
Una cita complicada
Si en la última conferencia, la celebrada en diciembre en Santander, no lograron ya acercar posiciones respecto a los asuntos que se debatían, la evolución de los acontecimientos, con duros cruces de acusaciones entre Gobierno y oposición por asuntos como la publicación de los audios de la ya exmilitante socialista Leire Diez, lo hace más difícil todavía.

Hasta el punto de que el PP llegó a barajar un plante de sus presidentes autonómicos si no se incluían en el orden del día de la reunión una serie de cuestiones, pero el Gobierno accedió finalmente que se debatan.
Desayuno con el rey
El hecho de que se celebre en Barcelona y con el president, Salvador Illa, de anfitrión, otorga a este encuentro, a juicio del Ejecutivo, un simbolismo especial porque considera que es un hito más en la plena normalización de Cataluña.
Entre los frentes que se prevén está el que ha avanzado ya la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, al asegurar que si alguno de sus homólogos no habla en castellano (por primera vez se permite el uso de las lenguas cooficiales tras solicitarlo Cataluña y País Vasco), se saldrá de la reunión.
Sin embargo, Ángel Víctor Torres no cree que la presidenta deje la Conferencia si alguna de las intervenciones se hace en las lenguas cooficiales.

Principales temas a debatir
Pese a los malos augurios de llegar a acuerdos, Sánchez ha enviado una carta a los presidentes para plantearles un Acuerdo Estatal de Vivienda 2026-2030 con medidas concretas como triplicar la inversión pública hasta llegar a casi 7.000 millones de euros, de los que el 60 % los aportaría el Gobierno.
Sin entrar en los detalles de la propuesta, el PP ya ha criticado que recurra a anuncios sobre vivienda cuando «más cercado está por la corrupción» y considera que no tiene credibilidad para liderar ningún pacto nacional.
Habrá polémica también por el acuerdo del Gobierno con ERC para dotar a Cataluña de una financiación singular, ya que los populares se oponen (como rechazan también la condonación de la deuda autonómica) y reclamarán abordar ya la reforma del modelo de financiación de forma conjunta.
En el ámbito de migración, los presidentes del PP quieren que en la conferencia se reconozca la competencia exclusiva del Estado en materia de control fronterizo e inmigración, un rechazo claro al acuerdo del Gobierno con Junts para compartir con Cataluña las competencias en la gestión migratoria.