Santa Cruz de Tenerife (EFE).- Cruz Roja ha celebrado hoy jueves 25 años de vigencia de su plan de empleo, con el que ha contribuido a derribar las «barreras» laborales que miles de personas se encuentran a la hora de buscar trabajo, ya sea por su edad, su condición social o sexual, o su origen.
En este cuarto de siglo han sido atendidas en Canarias 49.072 personas, de las cuales 11.984 han logrado insertarse en el mercado laboral gracias al programa de empleo de Cruz Roja, que ha contado con la colaboración de 2.879 empresas, según ha detallado el presidente provincial de esta ONG, Heliodoro González.
González ha recalcado que la inserción laboral «es mucho más que encontrar un trabajo: es ofrecer esperanza, autonomía y devolver la confianza a quienes más lo necesitan».
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha recalcado que estos 25 años del plan de empleo de Cruz Roja han sido de «vidas transformadas», «de segundas oportunidades» y «de sueños que vuelven a nacer».
Es el caso, por ejemplo, de Ciria Salinas, una mujer venezolana mayor de 45 años que, tras enfrentar barreras por su edad, logró formarse y acceder a un empleo digno; o el de David del Valle, padre de familia numerosa que pasó de estar desempleado a convertirse en coordinador del servicio de socorrismo de Cruz Roja.
O el de Monique Pani, mujer migrante que tras superar diversas dificultades logró un contrato indefinido en un supermercado.
El plan de empleo de Cruz Roja se ha focalizado especialmente en los colectivos especialmente castigados por el desempleo como jóvenes sin cualificación, mayores de 45 años, familias monomarentales, personas en riesgo de exclusión social y personas transexuales.
También en personas que han trabajado toda su vida en la misma profesión y al ir al paro se ven totalmente desactualizadas, bien por la brecha digital.
Elena Escolar, responsable del plan de empleo de Cruz Roja en Canarias, ha explicado a EFE que por lo general todas estas personas tienen un denominador común: cuando van a buscar un empleo se encuentran barreras que, en muchos casos, «nada tienen que ver con su profesionalidad».
Escolar ha hecho hincapié en que no son las personas quienes levantan esas barreras, sino el mercado laboral, por lo que el plan de empleo de Cruz Roja hace una labor no solo de formación sino también de acompañamiento.
«Son gente que suele tener problemas de autoestima, están solas, se encuentran desactualizadas. Las acompañamos a través de un programa de itinerarios personalizados, se les forma en capacidades que exige el mercado laboral actual y se les acompaña en las entrevistas o en la búsqueda de ofertas de empleo», ha detallado.
A lo largo de estos 25 años, Cruz Roja ha constatado «cierta evolución» en el mercado laboral: «ahora hay muchas empresas que apuestan por el talento, por la competencia personal. Hay determinadas competencias trasversales como la resiliencia, el trabajo en equipo, el compromiso, la honestidad, que ahora son muy valoradas», ha apuntado Elena Escolar.
Es decir, que poco a poco las empresas «cada vez van siendo más permeables a determinados colectivos. Ya empiezan a ver el talento que hay detrás de las personas. Aún así, nos queda mucho trabajo por hacer», como por ejemplo una labor de sensibilización para que «los criterios de selección sean profesionales y no tengan nada que ver con otros aspectos como la edad o el origen».
También en estos 25 años Cruz Roja ha comprobado un incremento de la denominada pobreza laboral.
«Las características de nuestro mercado laboral dan como consecuencia cierta precariedad, trabajos a tiempo parcial involuntarios, que no permiten sacar adelante una familia ni la plena autonomía de las personas», apunta Escolar.
Este y otros aspectos como las brechas digital de género, las altas tasas de desempleo juvenil o la despoblación rural constituyen los principales retos de presente y de futuro del programa de empleo de Cruz Roja, que en la celebración de su 25 aniversario ha organizado sendas mesas redondas.
Una ha estado focalizada en la inserción laboral de las personas con más dificultades, con la participación de representantes de la Plataforma del Tercer Sector, la Universidad de La Laguna y OBECAN.
Y la otra se ha centrado en «las personas que acompañan», protagonizada por personal técnico, voluntariado y participantes del plan de empleo de Cruz Roja, en la que se han contado testimonios reales de acompañamiento, superación y transformación personal.













 
			 
			


