Santa Cruz de Tenerife, 22 abr (EFE).- El Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife y el Hospital Universitario Doctor Negrín, en Gran Canaria, ofrecen una técnica a través de ultrasonidos para el tratamiento del temblor esencial que lo llega a mejorar sustancialmente o incluso eliminar.
Este tratamiento, con el que se evita una intervención quirúrgica, se puso en marcha el año pasado con una inversión de 2,6 millones de euros en ambos hospitales canarios, que se suman a los 13 centros españoles de ocho comunidades autónomas que ya lo ofrecían, algunos desde hace unos 10 años, según ha informado este martes el director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Carlos Díaz.
La jefa del servicio de Neurología del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, Nuria Ruiz, ha explicado que se trata de una técnica con resonancia magnética mediante la cual se localiza el núcleo del cerebro en el que se encuentra un funcionamiento anómalo y se emiten unos impulsos de ultrasonido de alta intensidad.
De esta forma se trata el temblor esencial, una patología que afecta al 5% de la población española y que no es neurodegenerativa, tampoco está asociada a otras enfermedades y de la que se desconoce su causa, pero que a largo plazo puede condicionar la vida de los pacientes al limitarles tomar una taza de café o escribir.
Así se evita realizar una cirugía del temblor cuando los fármacos ya no funcionan, ha indicado la neuróloga, quien ha calificado los resultados de «espectaculares», pues el paciente, tras recibir durante unas tres horas ultrasonidos de alta intensidad, queda «prácticamente» sin temblores.
Los efectos secundarios son menores y transitorios y el único inconveniente es que los pacientes se tienen que rapar la cabeza previamente para poder recibir el tratamiento.
En el hospital de Tenerife se han realizado cuatro tratamientos desde diciembre de 2024, a tres mujeres y un hombre, y se espera poder realizar entre uno y dos al mes.
También quieren tratar con esta técnica los temblores del párkinson y el dolor neuropático, como ya se hace en otros hospitales españoles.
Según ha destacado la neuróloga, hay muchos pacientes que están «deseando» recibir este tratamiento de ultrasonidos porque su vida está muy limitada por los temblores que sufren y que ya los fármacos no pueden apaciguar, por lo que prevé una lista de espera que sea «prudencial».
Francisco Cobo fue el primer paciente al que se le aplicó esta técnica en Tenerife el pasado 19 de diciembre. Solo tiene palabras de agradecimiento para el equipo médico que le atendió por devolverle la vida y permitirle tomar un café.
Fue diagnosticado hace casi 20 años de temblor esencial, sin embargo, su vida empeoró los últimos cuatro años, cuando los fármacos ya no le hacían efecto y se había convertido en una persona «totalmente dependiente» de su mujer para poder llevar a cabo tareas cotidianas como comer o asearse.
«Gracias y mil gracias por devolverme la vida», ha manifestado Cobo, quien ha animado a todo el mundo a ponerse en manos de los neurólogos del hospital porque para él esta técnica ha sido «un milagro» con el que ha recuperado su mano derecha.
Solo hay que raparse la cabeza y «aguantar» cuatro horas en una máquina de resonancia magnética, ha bromeado, pero tiene su recompensa: nada más terminar pudo coger un vaso de agua sin temblor y beber agua.
Ahora Francisco Cobo aguarda impaciente para volver a someterse a este tratamiento para reducir el temblor de su otra mano, para lo hay que esperar, por recomendación médica, unos diez meses desde su primera radiación. EFE