Santa Cruz de Tenerife (EFE).- La consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Emergencias del Cabildo de Tenerife, Blanca Pérez, ha asegurado este miércoles que el gobierno insular de CC y PP «ha logrado revertir en apenas dos años una situación crítica» en la gestión de los residuos en la isla.
Pérez ha comparecido en rueda de prensa acompañada por el director insular de residuos, Alejandro Molowny, para informar con «total transparencia» sobre la gestión en este ámbito «con datos veraces» que explican «una transformación profunda y positiva» y para recalcar que existe una «hoja de ruta a medio y largo plazo».
Todo ello tras la reciente denuncia del PSOE sobre la “parálisis” y el deterioro de la gestión insular de residuos, una situación que «está comprometiendo la seguridad del complejo ambiental de Tenerife», donde en lo que va de mandato ya se han producido dos incendios y un accidente laboral mortal y se están registrando «los peores resultados de recuperación de materiales en 40 años».
Blanca Pérez ha negado una por una las afirmaciones del PSOE al indicar que siendo el PIRS «la instalación industrial más grande de la isla» cuenta con un plan de autoprotección, «lo que no quita que pueda haber accidentes, pero claro que es seguro».
Además, ha proclamado que esta planta presenta sus «mejores números», con un 50% más de recuperación de residuos que en julio de 2023 y un aumento previsto hasta final de año del 127,6%.
«No son los peores datos, al contrario, estamos en los mejores números, que son reales y constatables», aunque «no estamos en las mejores condiciones. Queda mucho trabajo por hacer», ha admitido la consejera.
En todo caso, se ha defendido de las críticas del PSOE al recordar que el equipo de gobierno insular actual se encontró con «una situación muy complicada, con instalaciones en un estado lamentable», donde fueron detectadas 47 irregularidades, la mitad de ellas graves o muy graves.
Tras una inversión superior a los 60 millones de euros, hoy el complejo ambiental de Tenerife ha pasado a ser «uno de los centros de referencia de España», sostiene la consejera.
Ese dinero se ha dedicado a la renovación de la flota de vehículos, la incorporación de maquinaria móvil y la modernización de plantas como la de tratamiento mecánico, biológico y de aguas.
Además, está prevista para final de año la puesta en marcha de un sistema pionero de secado solar de lodos, se avanza en su autoeficiencia energética y el Cabildo participa en 10 proyectos de I+D+i en colaboración con universidades y centros tecnológicos en ámbitos como la producción de hidrógeno renovable a partir de biogás o sistemas robotizados de clasificación de residuos.
Todas estas mejoras, han recalcado Blanca Pérez y Alejandro Molowny, han conseguido reducir las emisiones en 102.217 toneladas de CO2 al año, equivalentes a la retirada de la circulación de 22.500 vehículos o al consumo eléctrico de 60.000 hogares.
La consejera ha recalcado que todos estos son «avances claros» y los datos, «contundentes», con los que en todo caso «no estamos contentos» porque, ha insistido, «sabemos hay que hacer más, pero hay una hoja de ruta».
Una de las prioridades en materia de reciclaje se centra en los residuos orgánicos, que han pasado de 200 a 2.000 toneladas tratadas, y ya hay autorización del Gobierno de Canarias para ampliar la planta de estabilizado de materia orgánica procedente del contenedor gris, que actualmente es «absolutamente deficitaria».
Blanca Pérez ha incidido en que este es un asunto que «no depende solo de nosotros, sino de trabajar conjuntamente con los ayuntamientos», a los que el Cabildo ha puesto una tasa cero en la recogida de materia orgánica, para que avancen en la recogida selectiva.
Ha explicado que conforme los ayuntamientos vayan renovando los contratos de recogida de basura estarán obligados a implantar el contenedor marrón y que el problema actualmente no reside en la capacidad del PIRS de tratar materia orgánica, sino de que la mayoría de residuos llega al complejo «en masa», con lo que «tenemos un problema en el origen».
En estos momentos el índice de recuperación de la basura que se arroja a los contenedores grises, los de la fracción «resto», es de un 40%, que una vez bioestabilizado «es poco usable».