Las labores requieren una inversión de más de seis millones de euros y abarcarán la rehabilitación de 1,7 kilómetros de vía. El Cabildo de Tenerife, a través de la Consejería de Carreteras, emprenderá la rehabilitación de la carretera de El Tablero para mejorar las condiciones de seguridad tanto para peatones como para conductores. Este proyecto, cuya licitación será publicada próximamente, conlleva una inversión de seis millones de euros. El consejero de Carreteras, Dámaso Arteaga, junto con el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, y el concejal del Suroeste, Javier Rivero, se reunieron recientemente con los vecinos de la zona para explicarles los detalles del proyecto.
«Confiamos en que el proyecto sea bien recibido por todos los vecinos, ya que estas obras son cruciales para garantizar la seguridad en la zona. En esencia, buscamos mejorar la conectividad y la seguridad de la vía mediante una intervención que abarcará 1,7 kilómetros. Se mejorarán las paradas de guaguas, el alumbrado y todos los servicios que requiere una carretera prácticamente urbana en el entorno de El Tablero», destacó Dámaso Arteaga.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, subrayó que «el objetivo principal del proyecto para la urbanización de la carretera de El Tablero es transformar lo que actualmente es prácticamente una autopista en una calle, como lo exige su evolución a lo largo de los años». Añadió que «además, servirá para crear un trayecto seguro para las vecinas y vecinos que transitan entre la parte baja y alta del pueblo, quienes actualmente lo hacen por los arcenes de la carretera».
Por su parte, el concejal del Suroeste, Javier Rivero, detalló que el proyecto dotará a la carretera de 1,7 km de aceras y alumbrado público. También se prevé reducir la velocidad mediante pasos de peatones elevados, e incluir una red de alcantarillado, recogida de pluviales y soterramiento de telecomunicaciones y tendido eléctrico de las viviendas. Además, se incorporarán elementos de jardinería con el fin de convertirla en una calle con un recorrido peatonal seguro, y se estima un plazo de ejecución de casi dos años.