Nayra Caraballero, portavoz de la Asamblea Local de IUC en Güímar, resalta el rechazo de los vecinos: «La comarca lleva años apostando por la recuperación del paisaje, la agricultura de medianías y un modelo de desarrollo sostenible. No permitiremos que nos conviertan en una zona de sacrificio para enriquecer a multinacionales, sin que quede un solo beneficio en el territorio». En este contexto, señala que ambos ayuntamientos han manifestado su oposición al proyecto y que la coalición Unidas Sí Podemos en Güímar —de la cual forma parte IUC— ha denunciado la falta de información y participación.
La formación propone una alternativa clara: una planificación insular de las energías renovables que contemple criterios ambientales, sociales y de participación pública. Esto incluye priorizar la repotenciación de instalaciones existentes, fomentar el autoconsumo y desarrollar comunidades energéticas. «No estamos en contra de la transición energética. Al contrario, somos firmes defensores de una transición justa. Pero no aceptamos que se imponga sin debate, sin planificación y a costa de lo más valioso que nos queda: nuestro territorio», concluye la portavoz.
La organización ha solicitado que se archive el procedimiento actual y que se inicie un proceso de evaluación ambiental estratégica para ordenar el despliegue de renovables en el sureste de Tenerife. También propone que las zonas afectadas sean incluidas en redes de protección agraria y cultural, y que se impulsen planes de desarrollo agroecológico y turístico sostenible que respeten la identidad del paisaje y los modos de vida rurales. Con estas acciones, Izquierda Unida Canaria reafirma su compromiso con la justicia territorial, la defensa del suelo agrícola y la soberanía energética al servicio del pueblo canario.