Santa Cruz de Tenerife (EFE).- La cara menos conocida del pintor surrealista Óscar Domínguez, como grabador e ilustrador, se expone en una nueva muestra que se inaugura este viernes en el TEA de Santa Cruz de Tenerife, donde se podrán ver carteles litográficos que diseñó durante los años de Ocupación en París e ilustraciones realizadas en colaboración con escritores de la generación de la República Española.
La exposición está integrada por cerca de 300 piezas, procedentes de la colección TEA y de préstamos de museos y coleccionistas de Francia, Checoslovaquia, España y Canadá, así como del coleccionista francés Emmanuel Boussard, uno de los principales propietarios de obra gráfica de Domínguez, y el Museo de Saint-Denis, que han cedido un conjunto significativo de dibujos y grabados.
El comisario, Jorge Rodríguez, ha comentado que la exposición exhibe prácticamente toda la producción gráfica e ilustrativa del artista tinerfeño, con la excepción de entre diez y doce grabados y de algunos libros ilustrados que permanecen en colecciones que no han podido participar en la muestra al encontrarse en Nueva York.
El recorrido incluye el primer libro que ilustró en 1933, Romanticismo y cuenta nueva, de Gutiérrez Albelo, así como el último grabado que realizó en 1957, publicado póstumamente en 1965 en un homenaje a René Crével, cuya edición no incluye su firma en la justificación de la tirada debido a su fallecimiento.
La exposición, también comisariada por Isidro Hernández, incorpora además libros colectivos en los que Domínguez participó junto a artistas como Picasso, Miró, Wifredo Lam, Man Ray o Giacometti.
Asimismo, se muestran por primera vez en Canarias las litografías creadas en 1945 para un proyecto benéfico impulsado por el escultor Apel·les Fenosa en apoyo a las víctimas de Oradour-sur-Glane, localidad francesa arrasada en 1944.
Para ese proyecto, Fenosa pidió a ocho artistas, entre ellos Domínguez, Pedro Flores y Antonio Clavé, la realización de una litografía destinada al cartel de un concierto celebrado en la Sala Pleyel de París, cuyos fondos se destinaron a los damnificados.
Otro de los conjuntos expuestos por primera vez es un portafolio producido en Italia en 1949, que reunió a cuatro artistas franceses y cuatro italianos, del que Domínguez formó parte tras solicitar la nacionalidad francesa ese mismo año.
La muestra ha incluido como novedad varios ejemplares distintos de un mismo libro para mostrar cómo Domínguez rehacía o intervenía manualmente algunos de los grabados mediante acuarela.
En algunos casos se exhibe el ejemplar completo, en otros los dibujos originales y, adicionalmente, una versión digital que permite recorrer las páginas en pantalla.
El recorrido incorpora también una sección titulada “Proyectos no impresos”, en la que se agrupan trabajos concebidos por Domínguez para revistas, carteles o representaciones teatrales que nunca llegaron a imprimirse.
Entre ellos figuran el cartel de Tenerife, que no llegó a tirarse, dos obras realizadas para la empresa francesa Nicolas —una perteneciente al TEA y otra a una colección de una galería de Madrid— y los diseños de carteles creados para Las moscas de Sartre en Baden-Baden, cuyos grandes originales se conservan aunque no se imprimieron en papel.
La exposición muestra además una serie de telegramas que Domínguez enviaba por Navidad a sus amigos, consistentes en litografías plegadas y enviadas sin sobre o dentro de uno, en las que simplemente escribía “Óscar Domínguez, feliz año” seguido del año correspondiente, ocasionalmente con fechas posteriores a su propia muerte.
Otra parte destacada es la serie de linograbados realizados entre 1944 y 1945, una técnica que empleó durante la ocupación alemana ante la escasez de materiales, utilizando linóleo como soporte por su facilidad de transporte e impresión doméstica.
Con esta técnica ilustró una de sus obras más relevantes, El humor negro de André Breton, ha comentado el comisario.
El recorrido por la exposición concluye con la inclusión de cuatro óleos colocados junto a obras gráficas relacionadas para mostrar la proximidad entre sus pinturas y los grabados derivados de ellas.
Esta nueva muestra sobre Domínguez, una de las figuras clave de la aventura surrealista y de los movimientos de vanguardia del siglo XX, surge como resultado de la catalogación de la obra gráfica de Domínguez, una labor pionera realizada por los expertos Jorge Rodríguez de Rivera e Isidro Hernández.
La exposición podrá visitarse de manera gratuita hasta el 15 de marzo y sus comisarios ofrecerán el sábado día 13 la conferencia Óscar Domínguez: obra gráfica y libros ilustrados en la que se abordará el alcance de la trayectoria del artista en el terreno de la ilustración y el grabado, una tarea que compaginó con la pintura y la creación de objetos de funcionamiento simbólico a lo largo de su trayectoria artística,EFE
















