Santa Cruz De Tenerife, 13 ago (EFE).- El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, ha llamado este miércoles a la calma respecto al foco de filoxera detectado en parras de Tenerife, pues solo hay 18 cepas, todas ellas en terrenos y vides abandonadas desde hace más de diez años que no están en producción.
Quintero, que se ha reunido en la sede de Presidencia de Santa Cruz de Tenerife con representantes del sector vitivinícola, ha insistido en que la magnitud de la expansión se circunscribe a 17 focos, principalmente en la frontera entre Valle de Guerra (La Laguna) y Tacoronte, y uno en La Matanza, de modo que el problema no afecta «en ningún caso» a la calidad del vino, cuya época de vendimia ya está en marcha.
Hace dos semanas se detectó el primer foco de este parásito de la vid y, desde entonces, tras poner en marcha un protocolo, el Gobierno ha llevado a cabo 390 prospecciones en fincas de la isla.
«La filoxera aparece por primera vez hace 150 años. Y no podemos decir con certeza cuánto tiempo llevan estos focos. Puede ser hace tres años, o incluso más de 20 en uno de los casos, pues se ha detectado filoxera en una finca abandonada desde los años 80», ha resumido Narvay Quintero, que ha admitido que existe preocupación pero que lo que toca es dar un mensaje de «tranquilidad absoluta» porque, en principio, «lo tenemos controlado».
Para prevenir la propagación del parásito, el Gobierno de Canarias está ya trabajando para emitir una orden que prohíba el movimiento de materiales vegetales entre islas a partir de la próxima semana.
Respecto a cómo ha podido entrar la filoxera, Quintero ha apuntado a que probablemente lo haya hecho por vía marítima a través de una vid o un injerto traído de fuera pese a que hay una orden ministerial de 1987 que impide este extremo, de manera que «es evidente que se ha incumplido esa orden».
Quintero ha elogiado el trabajo de los inspectores de los puestos fronterizos que se encargan de inspeccionar el material vegetal que llega, si bien ha reclamado que tengan más medios y personal «porque bastante hacen con los medios que tienen».
Si se descontrolase la plaga, ha ahondado Quintero, están trabajando con el Insitituto Canario de Investigación Agraria (ICIA) para anexar la vid autóctona y garantizar la persistencia de sus patrones.
«Nuestras vides son prefiloxéricas y podemos decir que son de las más antiguas de Europa», ha concluido el consejero.
Ayer, la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo) alertaba del riesgo de perder 1.880 puestos de trabajo de los 5.000 que genera el sector y advertía de que la plaga amenaza no solo la viabilidad económica del sector, sino también la biodiversidad agrícola, el paisaje rural «y un acervo cultural transmitido durante siglos».
Hacían referencia así a las formaciones tradicionales como el cordón trenzado, y a que la pérdida de variedades endémicas y el abandono de terrenos podrían agravar la erosión de suelos «y aumentar el riesgo de incendios». EFE