La solista peruana Susana Baca, ganadora de tres premios Grammy Latino, será una de las protagonistas de la 36ª edición del Encuentro de Música Popular Teresa de Bolívar, que se celebra en Teror los días 12 y 13 de septiembre. Este evento es organizado por la Fundación Nanino Díaz Cutillas del Cabildo grancanario, en colaboración con el ayuntamiento de la Villa Mariana.
El 13 de septiembre, Baca subirá al escenario de la Plaza de Sintes en Teror, compartiendo esa noche con la joven timplista majorera Julia Rodríguez y el grupo Makasi, encabezado por la cantante canaria Marta Bolaños. Esta actuación se produce meses antes de que la artista reciba el Premio a la Excelencia Musical en la ceremonia de los Grammy Latinos 2025, que se llevará a cabo en Las Vegas, donde estará acompañada por figuras como Enrique Bunbury, Ivan Lins, Pandora y Olga Tañón. Este premio, otorgado por la Academia Latina de la Grabación, reconoce a artistas que han hecho contribuciones creativas de excepcional valor artístico a la música latina.
Susana Baca es reconocida por su labor como destacada promotora de la música afroamericana. Ha sido ministra de Cultura de Perú, convirtiéndose en la primera mujer latinoamericana en ocupar dicho cargo. Baca forma parte de un selecto grupo de mujeres que han marcado el folclore latinoamericano, junto a leyendas como Mercedes Sosa, Chabuca Granda y Violeta Parra.
Conocida por su versatilidad, Baca fusiona ritmos y géneros de Latinoamérica con influencias globales. Su discografía es diversa, con álbumes como ‘Afrodiaspora’, donde combina ritmos de toda la región, y ‘Lamento Negro’, que le valió su primer Grammy Latino en 2001 y se considera una ventana a la tradición musical afroperuana.
La artista ha celebrado siempre su herencia negra y ha mostrado una continua inquietud por crear lazos con músicos de todo el mundo. Ha compartido escenario con artistas como Lila Downs, Calle 13, Natalia Lafourcade, Snarky Puppy, Chambao, Carmen París, Marc Ribot y Gilberto Gil, entre muchos otros. Su trabajo ha sido reconocido internacionalmente en numerosas ocasiones, y su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos y artistas. Su séptimo álbum para la firma Luaka Bop de David Byrne, ‘Eco de sombras’, refleja sus emociones y presenta su estilo vocal distintivo, al tiempo que explora la profunda influencia de los ritmos africanos en la música caribeña y sudamericana.
Cultura negra
“La música que hago es una muestra de la riqueza de la cultura negra”, afirma la cantante, quien ha investigado y preservado las tradiciones de la música afroperuana. Para Baca, ‘negritud’ significa “una manera de ser, de sentir la historia que hemos vivido; es reconocer nuestro aporte. No hemos sido solamente esclavos. Hemos sido parte de esta nación y hemos luchado por su independencia”. En esencia, la negritud es un movimiento intelectual, político y literario que emergió en los años 30 en París, promovido por los poetas Aimé Césaire (Martinica), Léopold Sédar Senghor (Senegal) y Léon-Gontran Damas (Guayana Francesa) a través de la revista L’Etudiant Noir (El Estudiante Negro), con el fin de fomentar la conciencia de los negros sobre su identidad e historia.
Criada en el distrito limeño de Chorrillos, Baca creció rodeada de música. Reconoce su deuda con Chabuca Granda, una de las grandes cantantes y compositoras de América. “Fue la madre de mi canto. Me he alimentado de una hermosa relación, casi de madre a hija, con Chabuca. Estar cerca de ella cuando cantaba, corregía y poder observar cada paso de su proceso creativo fue invaluable. Yo aspiro a ser mentora de muchos en la música”, señala. “He tenido la suerte de cantar con jóvenes músicos que conocen mis canciones desde que eran niños; siempre me encuentro con jóvenes que conocen mi trabajo, como René Pérez de Calle 13, cuya madre tenía un casete mío y él me escuchaba de niño. Tengo hijos de la música en muchas partes del mundo”, añade Baca.
“Mi padre tocaba la guitarra y mi madre me enseñó los primeros pasos de danza. Yo escuchaba la radio y veía películas mexicanas, admirando a grandes bailarines de rumba y músicos cubanos como Pérez Prado y Beny Moré”, comenta. “El canto es una liberación y mi repertorio es tanto viejo como nuevo: tengo canciones tradicionales sobre la vida en el campo y otras que abordan la vida urbana moderna. No he querido ser un museo de lo muerto. Mi objetivo siempre ha sido interpretar las viejas canciones tradicionales de formas nuevas, uniendo lo antiguo con lo moderno, creando una historia continua”, concluye Baca sobre su arte.