Cristóbal Tabares realiza ocho pinturas al óleo inspiradas en las obras de artistas canarios como Óscar Domínguez o Felo Monzón
El Gobierno, a través de la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural, impulsa “La vida imita al arte”, un proyecto inédito de Cristóbal Tabares que propone una nueva lectura del patrimonio artístico de las islas desde una perspectiva contemporánea. La serie, compuesta por ocho óleos sobre lienzo sobre la vida cotidiana, es un ejercicio pictórico de investigación y creatividad que reinterpreta obras clásicas de algunas de las figuras más destacadas del arte canario en el último siglo.
La obra de Jorge Oramas, Felo Monzón, Óscar Domínguez, Maribel Nazco, Néstor de la Torre, José Aguiar, Pino Ojeda y Pedro de Guezala forma parte del imaginario colectivo de Canarias. Sus pinturas van más allá de una cuestión estética, son el testimonio de los paisajes, las tradiciones y la idiosincrasia de las islas.
En este sentido, la revisión conceptual de sus obras crea un puente generacional entre los artistas canarios del siglo XX“ que son fuente de inspiración e identidad”, subraya Tabares, y los creadores del presente. Al final, “el arte llega a convertirse en patrimonio cuando lo sentimos nuestro”, por eso “hay que reivindicar nuestra herencia pictórica como una herramienta viva, cercana y representativa de nuestra identidad”, expresa el pintor.
Por ahora, con las obras surgidas dentro de “La vida imita al arte”, se pretende crear un diálogo a través de las redes sociales del área de Patrimonio Cultural, sobre la influencia de estos artistas en la construcción de la canariedad actual. Sin embargo, el proyecto será presentado próximamente en una exposición en la que no solo se muestren las piezas finales, sino también el trabajo de investigación y el proceso creativo.
Jorge Oramas
La obra Barrio de San Nicolás (1932–1935), donde Oramas hace uso de su característico cromatismo en elementos urbanos es reimaginado por Tabares como un bodegón contemporáneo. El paisaje arquitectónico de los barrios isleños se transforma en una composición doméstica, colorida y cargada de referencias visuales actuales con botes de papas fritas o limpieza, entre otros elementos de plástico de la vida cotidiana.
José Aguiar
Inspirándose en las fiestas populares gomeras, Tabares adapta la obra Romería de San Juan (1929) de Aguiar como un ramo de arure simulando un bodegón con estructura piramidal que “conecta lo folclórico y tradicional con la naturalidad de hacer la compra en el supermercado”, explica el artista.
Felo Monzón
Con la reinterpretación de Platanal (1948), Tabares rinde homenaje a las mujeres isleñas a través del arte de las uñas con una manicura de plátanos bajo las tendencias estéticas actuales. Se trata de una adaptación de las manos de manillas de plátano que pintó Monzón en la obra original.
Pedro de Guezala
La figura femenina de una Maga con cesto de manzanas (1930) es reinterpretada en el presente con una joven canaria que, en lugar de sostener el cesto tradicional de la obra original de Guezala, lleva la fruta en una bolsa de plástico “porque ahora las manzanas no las recolecta uno mismo, se compran”, especifica Tabares. Un retrato similar que trata de dignificar a la mujer pero que su comparación representa los cambios sociales, culturales y estéticos de los últimos siglos.
Néstor de la Torre
El universo de Néstor, perfectamente representado en la obra Poema del mar: El amanecer del Atlántico (1920), se traduce en una escena reconocible cada verano en las costas de las islas: un niño en una playa con una colchoneta en forma de pez naranja, imitando a los peces de la obra original, pero como una “crítica a la edad del plástico en Canarias en 2025”, denuncia el artista.

Óscar Domínguez
La pieza surrealista de Domínguez Cueva de Guanches (1920) es revisitada como una colada de ropa sobre una silla. Este gesto doméstico se convierte en una metáfora visual, manteniendo el carácter enigmático y simbólico de la pieza original desde un contexto habitual en las casas de los jóvenes.
Pino Ojeda
La poética del blanco se materializa en una cama sin hacer, cuyas arrugas y pliegues sugieren un enclave con nieve como en la obra Paisaje nevado (1944) de Ojeda. Se trata de una reinterpretación sencilla pero cargada de intención estética, que “no solo representa la cotidianeidad sino también la calma y paz de un ambiente tan íntimo como un dormitorio”, anuncia Tabares.
Maribel Nazco
Nazco y su fuerza expresiva en Cuerpos IX (1978) resurgen en esta obra reinterpretada por Tabares como una composición de cuchillos haciéndose eco de la dureza y el impacto de la pieza original. Una propuesta que busca “darle alma a un material tan frío como el acero”, declara el artista, pero que forma parte de los elementos habituales de una cocina.
Con “La vida imita al arte”, el Gobierno de Canarias promueve la revalorización del patrimonio cultural a través de la creación artística contemporánea. Se trata de una forma de acercar al público la historia del arte canario del último siglo con un lenguaje accesible y renovado “porque estos son cuadros que están vivos y siguen inspirando”, sostiene Tabares, “es un homenaje a los creadores que han enriquecido nuestro patrimonio”.
Cristóbal Tabares (La Laguna, 1984) es licenciado en Bellas Artes y Máster en Arte, Territorio y Paisaje por la Universidad de La Laguna. Ha sido reconocido con premios como el Nacional de Pintura Enrique Lite y el de la Bienal de Pintura de Padru (Cerdeña), y ha expuesto en espacios como el TEA, La Regenta, La Casa Encendida, Art Miami o el Museo Nacional de Escultura. Entre sus exposiciones individuales más recientes destacan FIESTA en El Almacén (Lanzarote), Rojo sobre rojo en el Cabrera Pinto y El lago de los cisnes en Valladolid.