Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, único en su categoría en España y con una simbología que lo sitúa entre los más bellos del mundo, ha reabierto este lunes tras una rehabilitación que supone un acto de reconciliación, justicia y reparación de la memoria democrática.
A la reapertura del templo situado en la calle San Lucas de la capital tinerfeña han asistido el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; el presidente de Canarias, Fernando Clavijo; la titular del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila; y el alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez.
Precisamente el ministro Ángel Víctor Torres se ha congratulado del fin de la rehabilitación, iniciada en 2022 y dirigida por la arquitecta María Nieves Febles con participación de la Universidad de La Laguna, y para la que el Ministerio de Cultura ha aportado algo más de 3 millones de euros.

«Significa también recuperar lo mejor de la historia, de lo que fueron estas paredes donde se daban clases de enseñanza laica acordes al Instituto Libre de Enseñanza, donde había lugares de reflexión, de formación y sobre el que durante la etapa de la Dictadura se sembraron acusaciones absolutamente falsas», ha rememorado el ministro.
En pleno franquismo se decía que en el templo se hacían rituales con niños y magia negra, «todo absolutamente falso para intentar desprestigiar la noble labor que realizaba la masonería», ha proseguido Torres, para precisar que se va a incoar un expediente para su declaración como lugar de memoria democrática «y dignificarlo».
El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, ha elogiado la recuperación de un Bien de Interés Cultural y patrimonio histórico de la ciudad «que desde hace muchísimo tiempo estaba cerrado».
El edificio, diseñado por el arquitecto Manuel de Cámara y Cruz en 1900 y finalizado cuatro años más tarde, es un ejemplo de la proyección arquitectónica de la masonería con espacios como la Sala de Tenidas, la Cámara de Reflexión y la Sala del Ágape.

Su fachada, de inspiración egipcia, cuenta con columnas palmiformes, esfinges y el emblemático «ojo que todo lo ve», símbolos de conocimiento y trascendencia y de la divulgación de las ideas de progreso que propugnaba su impulsora, la Logia Añaza, constituida en 1895 y la más importante de Canarias en el siglo XX.
Hasta el emplazamiento del edificio es simbólico, pues está alineado en longitud y latitud con otros inmuebles singulares en el resto del mundo, ha señalado el alcalde Bermúdez.
Tras la Guerra Civil y durante el franquismo fue utilizado como depósito de medicamentos y farmacia militar, lo que contribuyó a preservarlo.
Para su rehabilitación los arquitectos han tenido que documentarse de toda la simbología acudiendo a los masones para entender y respetar al máximo la construcción, en palabras de la arquitecta María Nieves Febles.
Entre los elementos que se exhibirán a partir de hoy figuran un sable y un espadín originales de la Logia Añaza cedidos temporalmente por el Museo de Historia Militar de Canarias.
En el futuro se ubicará en el templo un Centro de Interpretación de la Masonería, previsto para los próximos años, y desde su apertura este lunes se convertirá «en un sitio de encuentro entre masones y no masones», ha afirmado el alcalde.
Y todavía quedan muchas cosas por pasar, ha proseguido José Manuel Bermúdez, puesto que el Ayuntamiento ha pedido al Archivo de Salamanca que transfiera al Templo toda la documentación de la masonería canaria de esa época.
La rehabilitación del edificio fue posible después de que el Ayuntamiento de la capital tinerfeña comprase el edificio al Ministerio de Defensa en 2001 por unos 600.000 euros y su reforma ha supuesto unos 3.200.000 euros, ha añadido.

Para la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, este importe no es un gasto sino una inversión «en la memoria que tenemos que mantener viva de espacios que se recuperan para la historia y para el pensamiento libre».
También el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha mostrado su satisfacción por el fin «de muchísimos años de lucha y de pelea» para buscar recursos económicos y una restauración «fiel a la misma concepción de este edificio», y que gracias «al empeño personal» del alcalde José Manuel Bermúdez se ha logrado «aunando el esfuerzo de todas las administraciones».
Tras su apertura el Templo Masónico exhibirá una exposición temporal con paneles informativos y recursos gráficos sobre su historia, las claves simbólicas de la masonería y el proceso de rehabilitación, y también se desarrollarán visitas de una hora de duración guiadas por historiadores y guías de turismo.
El recorrido incluirá los principales espacios del templo y su función dentro del ritual masónico: la Sala de los Pasos Perdidos, la Sala de Tenidas, la Sala de Banquetes, la Capitular y la Cámara de Reflexión, esta última situada en el subsuelo.
















