El SCS cuenta con el programa Código Ictus que define la actuación a seguir ante una alerta, con el objetivo de trasladar al paciente al recurso hospitalario de inmediato y que pueda beneficiarse de la terapia de reperfusión y de cuidados especializados
Con motivo del Día Mundial del Ictus, la Consejería de Sanidad recuerda la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular y mantener hábitos de vida saludables
El Servicio Canario de la Salud (SCS), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, registró a lo largo del año 2024 un total de 2.678 ingresos hospitalarios por ictus en los centros sanitarios públicos del Archipiélago, lo que supone un descenso de aproximadamente un cinco por ciento respecto al año anterior, cuando se notificaron 2.819 casos. De los ingresos contabilizados este año, 1.447 tuvieron lugar en la provincia de Las Palmas y 1.231 en la de Santa Cruz de Tenerife.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce por la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro y provoca una alteración brusca de la función neurológica. Se trata de la segunda causa de muerte, la tercera de discapacidad y una de las principales causas de demencia adquirida en adultos.
En Canarias, el 75 por ciento de los ictus registrados durante 2024 fueron de tipo isquémico (un total de 2.020), es decir, originados por la obstrucción de un vaso sanguíneo, mientras que el 25 por ciento fueron hemorrágicos (658 incidentes), causados por la rotura de un vaso. En cuanto a la distribución por sexo, los ictus isquémicos afectaron a 1.197 hombres y 823 mujeres y los hemorrágicos a 357 hombres y 301 mujeres.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de 120.000 personas sufren un ictus en España cada año, fallecen alrededor de 25.000 por esta enfermedad y un 30 por ciento de las que sobreviven quedan en situación de dependencia funcional, constatándose una mayor morbimortalidad en las mujeres.
Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se conmemora el 29 de octubre, la Consejería de Sanidad recuerda la importancia de adoptar hábitos de vida saludables y de actuar de manera inmediata ante cualquier síntoma sospechoso. La evidencia científica demuestra que la detección precoz y el tratamiento urgente no solo salvan vidas, sino que permiten reducir las secuelas neurológicas, evitar la discapacidad a largo plazo y prevenir el desarrollo de demencia asociada al ictus.
El ictus, una emergencia tiempo-dependiente que requiere actuación inmediata
La atención al ictus en Canarias se enmarca dentro del Programa de Prevención y Control de la Enfermedad Aterosclerótica del Servicio Canario de la Salud y se basa en la evidencia de que el daño cerebral aumenta con cada minuto que pasa sin restablecer la circulación sanguínea.
En 2024, el Ministerio de Sanidad actualizó la Estrategia Nacional en Ictus, lo que permitió a la Dirección General de Programas Asistenciales del Gobierno de Canarias desarrollar la nueva Guía de Atención al Ictus. Este documento incorpora el Código Ictus, plenamente implantado en la Comunidad Autónoma, y refuerza la coordinación entre Atención Primaria, el Servicio de Urgencias Canario y los hospitales públicos.
Su objetivo es garantizar una intervención rápida y protocolizada ante cualquier sospecha de ictus, mejorando el pronóstico clínico, reduciendo la mortalidad, las secuelas neurológicas y el riesgo de demencia derivada del daño cerebral.
Código Ictus
Se trata de un programa que recoge el procedimiento de actuación que se inicia en el lugar donde se genere la primera alerta al sistema sanitario, basado en el reconocimiento precoz de los síntomas de un ictus con el objetivo de trasladar lo antes posible a cada paciente al centro hospitalario idóneo para que pueda beneficiarse de una terapia de reperfusión y de cuidados especializados en una unidad de Ictus.
Al activar el Código Ictus mediante llamada al Servicio de Urgencias Canario (SUC) a través del teléfono de emergencias 1-1-2, se pone en marcha el proceso intrahospitalario de diagnóstico y cuidados mientras se traslada al paciente con ictus hasta el servicio de Urgencias.
A la llegada de un paciente al servicio de Urgencias hospitalario, el equipo de profesionales de la unidad estará esperando al paciente y en muchas ocasiones, será trasladado incluso a la propia sala de tratamiento.
El objetivo es no solo disminuir la mortalidad por ictus, sino las complicaciones y secuelas (morbilidad), ya que estas tienen mucha importancia en la calidad de vida posterior, puesto que el ictus constituye la segunda causa de invalidez o discapacidad a largo plazo en el adulto.
La asistencia al paciente con ictus incorpora la prestación de rehabilitación. Se trata de un proceso complejo, multidisciplinar, limitado en el tiempo y cuya finalidad fundamental es tratar y/o compensar los déficits y la discapacidad (motora, sensorial y/o neuropsicológica) para conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso, facilitando la independencia y la reintegración al entorno habitual del paciente en todas sus vertientes (familiar, laboral y social).
Prevención
La Consejería de Sanidad recuerda que la mayor parte de los ictus son atribuibles a factores de riesgo sobre los que se puede actuar. En su prevención está la clave para evitar nuevos casos, su morbilidad y mortalidad.
La edad es uno de los factores de riesgo principales, por lo que se espera que la incidencia siga en aumento, dado el creciente envejecimiento que está experimentando la población. Pero el ictus no afecta únicamente a personas de edad avanzada, ocurre en todos los grupos de edad, incluida la edad pediátrica y adolescencia.
Así, uno de los pilares de la atención al ictus es el control y tratamiento de enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus y la hipercolesterolemia, así como mantener una dieta y actividad física equilibradas, evitando el consumo de tóxicos como tabaco, alcohol, café y otras drogas de abuso, siendo la hipertensión el más relevante, tanto en el ictus isquémico como en el hemorrágico. También influyen factores psicosociales, como condicionantes sociales, de género, económicos y educativos.
Síntomas
Debe sospecharse la posibilidad de estar ante un episodio de ictus si aparecen algunos de los siguientes síntomas:
• Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad, entumecimiento o debilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o las extremidades: pida a la persona que sonría o pídala que sople hinchando los carrillos para comprobar si hay alteración de la simetría de la cara y pídala que levante los dos brazos para comprobar si hay pérdida de la fuerza o de la movilidad en uno de ellos.
• Aparición repentina de confusión o dificultad para hablar o entender: pida a la persona que repita una frase sencilla y compruebe si lo hace correctamente.
• Manifestación brusca de problemas de visión, ceguera o visión doble.
• Manifestación inesperada de dolor de cabeza inusual, de gran intensidad y sin causa aparente.
• Sensación de vértigo intenso, pérdida súbita de equilibrio o déficit de la marcha.

















