En el barrio de García-Escámez, varios bloques han enfrentado problemas estructurales durante más de 20 años; muchos están apuntalados y presentan grietas donde cabe una mano. Desde Drago Santa Cruz de Tenerife, se observa con buenos ojos la intervención municipal en los barrios, pero existe la preocupación de que ciertas zonas estén siendo discriminadas.
Aitor Montelongo, portavoz de Drago Santa Cruz de Tenerife, destaca: “Los vecinos no están reclamando que se arreglen sus viviendas, sino que se realicen los estudios necesarios para identificar el problema”. La agrupación alerta de que determinados barrios de la capital tinerfeña podrían quedar excluidos de los planes de rehabilitación de viviendas impulsados por el Ayuntamiento, como ocurre en García-Escámez, ubicado en Somosierra, donde varios bloques han estado apuntalados durante años.
Esta reacción surge tras el reciente anuncio del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sobre el inicio de las obras de rehabilitación de 192 viviendas en Los Gladiolos y Los Verodes, financiadas con fondos públicos, un anuncio que Montelongo califica como “sin duda, una buena noticia”. Sin embargo, matiza: “Nuestro municipio es muy grande y hay zonas que están directamente abandonadas.”
Montelongo resalta que hay barrios enteros en Santa Cruz de Tenerife que están siendo excluidos de los planes de rehabilitación de viviendas. Añade que da la impresión de que la selección de las viviendas incluidas en estos planes es arbitraria, ya que “estos vecinos han esperado décadas una solución que no llega”. Además, señala que las actuaciones anunciadas por el Ayuntamiento incluyen mejoras en la eficiencia energética e instalación de placas solares, “cuestiones importantes”, reconoce, pero enfatiza que “en contraste, hay viviendas apuntaladas, con grietas en las que cabe una mano, y no sabemos si podrían ceder en cualquier momento”.
Montelongo también subraya que “Somosierra, en particular García-Escámez, son barrios trabajadores, de gente humilde, para quienes un problema estructural de este tipo es imposible de afrontar”. Recuerda que los vecinos no solicitan reparaciones inmediatas, sino que el Ayuntamiento se encargue de realizar los estudios necesarios para identificar el problema.
Finalmente, Montelongo recuerda que el teniente de alcalde, Carlos Tarife, declaró hace meses en la radio que conocía el problema. “Conocerlo no es suficiente”, afirma Montelongo, “hace falta implicación y acciones reales para buscar una solución”. En mayo de 2024, Montelongo ya denunció junto a los vecinos la situación de estas viviendas, que llevan más de 20 años con problemas estructurales y, en muchos casos, están apuntaladas por obligación del Consistorio Municipal.