El turismo en Canarias da un paso adelante con el nuevo Plan Estratégico “Canarias Destino 2025-2027”, una hoja de ruta que busca transformar el modelo turístico del archipiélago apostando por la sostenibilidad, la digitalización, el impacto positivo en el empleo y el bienestar de la ciudadanía. Y Fuerteventura está en el centro de este reto.
Sostenibilidad ambiental
El Plan Estratégico Canarias Destino 2025-2027 sitúa la sostenibilidad como pilar central. Las islas se comprometen a profundizar en la descarbonización de la industria turística, con objetivos claros: reducir a la mitad las emisiones antes de 2030 y lograr la neutralidad climática antes de 2050. De hecho, Canarias ya ha logrado una notable reducción del 28,4% en sus emisiones de CO₂ vinculadas al turismo desde 2002.
Para conseguirlo, la estrategia apuesta por un turismo responsable que proteja y regenere el entorno natural. Se pretende convertir la lucha contra el cambio climático en una ventaja competitiva del destino: hacer del cuidado de los ecosistemas un atractivo añadido. El plan incluye iniciativas de restauración ambiental y conservación del patrimonio natural, financiadas a través de programas específicos.
En Fuerteventura estos compromisos son especialmente relevantes. Autoridades locales enfatizan que la isla debe invertir no solo en infraestructuras turísticas, sino también en la preservación paisajística y del patrimonio natural, incorporando tecnología para una gestión sostenible. En palabras de la presidenta del cabildo insular, es fundamental lograr un modelo turístico “cuyo beneficio revierta en la población residente, promoviendo infraestructuras que mejoren el entorno y la calidad de vida”.
Digitalización del turismo
El segundo gran eje del plan es la transformación digital del sector turístico canario. La estrategia destina 6,6 millones de euros a este ámbito, más del doble que en el plan anterior, con la meta de dotar al sector de herramientas tecnológicas punteras. Esto permitirá personalizar la experiencia turística de cada visitante mediante el análisis de datos, ofrecer servicios inteligentes y optimizar la gestión de flujos de viajeros en tiempo real.
Una de las iniciativas destacadas es la creación de un marketplace digital de experiencias turísticas, donde las empresas locales podrán comercializar directamente sus productos al viajero. Asimismo, se potenciarán sistemas de inteligencia turística para integrar información de toda la cadena de valor: desde reservas y movilidad hasta preferencias del turista, anticipando tendencias y haciendo al destino más competitivo.
Herramientas como la plataforma online “Viaje a la Descarbonización” ya están en marcha para guiar a empresas turísticas en la medición y reducción de su huella de carbono, demostrando cómo la digitalización puede servir también a la sostenibilidad ambiental.
En Fuerteventura ya se vislumbran ejemplos de esta transformación digital. La isla ha empezado a digitalizar servicios en sus playas e implementar tecnologías para mejorar la experiencia del visitante. Desde paneles informativos inteligentes hasta futuras apps de reservas para acceder a espacios naturales sensibles, estas medidas anticipan el cambio de modelo que el plan pretende generalizar en todo el archipiélago.
Impacto económico y en el empleo
El turismo sigue siendo el motor económico de Canarias y el plan busca afianzar su aportación de forma equilibrada. Tras la crisis sanitaria, el sector se ha recuperado con fuerza hasta marcar cifras récord. En 2023 llegaron 16,2 millones de turistas a las islas, y las previsiones apuntan a 17,8 millones al cierre de 2024, un máximo histórico. Este flujo masivo de visitantes dejó en 2023 una facturación turística de 19.565 millones de euros, la mayor jamás registrada, contribuyendo aproximadamente un 35,5% del PIB canario.
En términos de empleo, el turismo sustenta 344.358 puestos de trabajo en el archipiélago. Esto equivale a cuatro de cada diez empleos en Canarias y supone un 10,8% más de empleos turísticos que en la etapa prepandemia.
Fuerteventura, en particular, ha experimentado una fuerte dinamización económica ligada al turismo: solo en 2024 la isla rozó los 3.000 millones de euros en ingresos turísticos, una cifra calificada de “muy positiva e histórica” por sus autoridades. Este auge ha sido una oportunidad para reclamar mejoras laborales y una distribución más justa de los beneficios, de forma que la prosperidad turística revierta en la economía local.
No obstante, persisten retos importantes en materia laboral. Aunque el turismo genera cientos de miles de empleos, la calidad de muchos de ellos está en entredicho. Contratos temporales, estacionalidad y salarios bajos son problemas señalados históricamente en el sector. Sindicatos y trabajadores abogan por aprovechar el ciclo alcista para mejorar las condiciones laborales. En la percepción pública también aflora esta preocupación: 6 de cada 10 canarios opinan que el turismo ofrece un empleo demasiado precario.
Por ello, una de las metas implícitas del plan es que el boom turístico se traduzca en trabajos más estables y mejor remunerados, cerrando la brecha de la temporalidad y elevando la formación del personal turístico.
Percepción ciudadana y retos sociales
El Plan Canarias Destino nace también con la intención de reconciliar el turismo con la ciudadanía, atendiendo a las voces de la sociedad civil. Diversos estudios revelan una actitud ambivalente de los canarios hacia el turismo: se reconocen sus beneficios económicos y culturales, pero a la vez se teme por sus efectos en la vida cotidiana.
Según los últimos datos, la gran mayoría de la población (76,4%) percibe que la industria turística contribuye al desarrollo económico del archipiélago. También más de la mitad valora que gracias al turismo Canarias es una sociedad más abierta y culturalmente enriquecida, con mejor infraestructura y proyección exterior.
Sin embargo, esas mismas encuestas reflejan preocupaciones muy extendidas. Un 69,1% de los canarios cree que el turismo encarece el costo de vida general, y en particular un 76,6% culpa al turismo del fuerte aumento del precio de la vivienda. Esta última cifra indica cómo la expansión de los alquileres vacacionales y la demanda inmobiliaria turística dificultan el acceso a la vivienda para los residentes.
La sensación de congestión es otro factor: más de la mitad observa un empeoramiento del tráfico y la movilidad por la afluencia turística, y casi el 45% señala tensiones crecientes entre residentes y visitantes en espacios compartidos. Asimismo, un 60,9% advierte que la actividad turística genera demasiados residuos y contaminación y la mayoría cree que el medio ambiente insular sufre daños si no se gestiona adecuadamente este crecimiento.
Especialmente crítica es la visión de la gente joven. Los canarios de 18 a 34 años, que han crecido con el debate sobre la sostenibilidad y padecen de cerca los problemas de la vivienda y el empleo, se muestran aún más exigentes con el modelo turístico actual. Un 87,2% de los jóvenes canarios opina que el turismo encarece la vivienda, superando con creces la media de la población. Las nuevas generaciones reclaman un turismo más responsable con el entorno y más integrado en la realidad local, reflejo de una conciencia creciente sobre los límites del modelo tradicional de “sol y playa”.
En islas turísticas como Fuerteventura estos retos sociales se sienten de forma palpable. La población majorera valora el dinamismo económico y las oportunidades culturales que trae el turismo, pero al mismo tiempo vive en carne propia las presiones en el día a día: precios de alquiler al alza, mayor dificultad para acceder a vivienda, sobrecarga en servicios públicos durante la temporada alta y cambios en la fisonomía de pueblos y barrios.
Este sentimiento ciudadano ha motivado que el eje de “Ciudadanía” sea el principal del nuevo plan estratégico, con iniciativas para abrir canales de participación pública en las decisiones turísticas, campañas de sensibilización sobre la importancia del sector y medidas para mitigar sus efectos negativos en la comunidad.
Fuerteventura, como líder en recepción de turistas en relación a su población y territorio, aparece tanto como beneficiaria como desafiada por estas dinámicas. Sus autoridades insulares han participado activamente en la planificación estratégica, conscientes de la necesidad de buscar un equilibrio: seguir acogiendo visitantes de todo el mundo pero sin comprometer la calidad de vida local ni la conservación de los paisajes que hacen única a la isla.
El Plan Canarias Destino 2025-2027 se presenta así en la arena local como una oportunidad transformadora. Supone repensar el modelo turístico hacia uno más justo, sostenible y conectado con la realidad de cada isla. En el caso de Fuerteventura, esto significa apostar por un turismo de calidad que diversifique la oferta más allá del sol y playa, que reduzca la huella ecológica en enclaves frágiles, que apoye la formación y el empleo digno para sus jóvenes, y que garantice que el desarrollo turístico repercuta positivamente en todos los residentes.
En última instancia, la nueva estrategia turística canaria aspira a que la convivencia entre visitantes y ciudadanos sea armónica. Un turismo sostenible en lo ambiental y social permitirá que Fuerteventura y el resto del archipiélago conserven su esencia y atractivo a largo plazo. Las administraciones insular y autonómica confían en que, con este plan 2025-2027, Canarias siga siendo un destino de éxito internacional, pero avanzando hacia un modelo más equilibrado, donde el turismo sea motor de prosperidad compartida y orgullo para quienes llaman a estas islas su hogar.
Puede descargar AQUÍ el plan detallado.