Pablo Herrera |
Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Llegó el último para cerrar la plantilla del Dreamland Gran Canaria y tras apenas unas semanas en la isla, Isaiah Wong ya aspira a erigirse como su líder en la pista a través de su «energía, intensidad y capacidades para anotar y crear juego para el equipo», unas características que ya ha sido capaz de mostrar en los dos primeros amistosos de pretemporada.
En una entrevista con EFE, la primera que ofrece en España, el escolta estadounidense destaca que su adaptación está siendo veloz gracias a que Jaka Lakovic, su entrenador, «tiene claro el tipo de jugador» que es, conocía su estilo de juego y ha sabido darle «una libertad en ataque» que le permite mejorar su rendimiento defensivo.
Wong se considera un jugador que genera «problemas al rival», al que no le tiembla el pulso a la hora de anotar los tiros bajo presión y que es capaz de sumar puntos desde fuera del perímetro y penetrando con fuerza a canasta, ya sea para fabricarse sus propias jugadas o para asistir a sus compañeros: «Con mi capacidad atlética puedo aportar en ataque y correr en la pista en defensa, ya sea en uno contra uno o en movimiento lateral».
«Puedo aportar puntos al equipo y ser un buen defensor, incluso a la estrella del rival si es necesario. Estando en pista puede dar mucha energía a los compañeros y ese será mi rol durante la temporada», agrega sobre su aportación al bloque todavía por construir de Lakovic.
El estadounidense afirma que las primeras sensaciones con la plantilla «son muy buenas» y sostiene que ve «una buena oportunidad» de conseguir «algo grande esta temporada», un objetivo colectivo que espera que llegue de la mano de la mejor versión de su carrera: «Lakovic me deja ser natural en la pista y en mis decisiones. Tengo mucha confianza del club y me sirve para mantener un nivel alto toda la temporada».
Europa le ha enseñado a jugar «menos individual»
Llegado a Europa en febrero de 2025, con previo paso por el Žalgiris Kaunas de la Euroliga, Wong considera que su estancia en Europa le ha permitido aprender a jugar «menos individual», leer mejor el baloncesto y entender que «no todo depende de mí en la pista», sino que debe ayudar a sus compañeros y, por ejemplo, aprovechar las dobles defensas que puedan surgir para encontrar al compañero libre.
«La gran diferencia entre el baloncesto europeo y estadounidense es el ritmo. En Estados Unidos se juega a un ritmo más rápido que en Europa, por lo que debo aprender a encontrar mi ritmo, mis propias situaciones de tiro y entender mejor el juego adaptado a este nueva velocidad», reflexiona Isaiah Wong sobre qué le queda para finiquitar su adaptación al baloncesto del Viejo Continente.

A Europa llegó tras un periplo poco exitoso en la NBA pero con una experiencia en la NCAA, liga universitaria estadounidense, en la que fue capaz de plasmar la consagración de un escolta anotador y una de las estrellas de la Universidad de Miami, donde fraguó los mejores números individuales de su carrera.
Para Wong, la experiencia en la NCAA fue muy buena y le sirvió para cimentar el escolta que maravillará al Gran Canaria Arena, puesto que, tras llegar «con apenas 18 años y muy flaco», tuvo que trabajar duro y encontrar su sitio en una liga que desborda poderío físico y descaro por los cuatro costados: «Fueron cuatro años maravillosos en Miami».
El duro camino de los jóvenes que van a probar en la NCAA
Precisamente por su experiencia en la NCAA, el nuevo ‘2’ claretiano se trasladó a la actualidad de baloncesto ACB y avisa que la transición de los jóvenes españoles o de la Liga Endesa que han migrado a la liga universitaria será «bastante difícil» porque deberán transicionar a un baloncesto «mucho más rápido» en una competición «plagada de atletas que, probablemente, sean capaces de correr y ofrecer mejor tono físico».
No obstante, Wong admite que, una vez superada esa transición, los jóvenes talentos serán capaces de rendir a un alto nivel, puesto que muchos de estos jugadores ya saben qué es jugar a un ritmo competitivo profesional en Europa, aunque deberán mostrar siempre un plus sobre el jugador local para brillar sobre el resto.
«Hay que entender que todos los jugadores estadounidenses se juegan la vida en la NCAA porque tienen la oportunidad de ser profesionales e ingresar en la NBA. Allí no hay tantas opciones como en Europa», asevera el estadounidense.
Isaiah Wong no esconde su ambición de volver a «vivir el sueño de regresar a la NBA», un objetivo que siempre tendrá entre ceja y ceja «esté en un lugar u otro», porque no siente que sea un profesional «complaciente ni conformista» con sus objetivos: «Allí están los mejores jugadores del mundo y seguiré trabajando todos los días para intentar regresar a la liga». EFE