La situación de los técnicos de emergencias sanitarias (TES) en Canarias ha cobrado relevancia en el ámbito político y social, especialmente tras la reciente aprobación de una proposición no de ley en el Parlamento de Canarias. Yoné Caraballo, diputado de Nueva Canarias (NC) y principal propulsor de esta iniciativa, ha liderado la lucha por el reconocimiento oficial de esta categoría profesional y su integración en el Servicio Canario de Salud (SCS).
Durante una entrevista en Radio Insular, Caraballo, junto a otros expertos, discutió la imperiosa necesidad de mejorar las condiciones laborales de estos profesionales que desempeñan un papel crítico en la atención de emergencias. Caraballo subrayó que, a pesar del crucial trabajo que realizan los TES, frecuentemente son clasificados erróneamente como “camilleros” o “transportistas”. Esta incorrecta categorización se traduce en salarios bajos, que oscilan entre 1,100 y 1,300 euros al mes. “No es solo cuestión de dinero; se trata de cómo manejar los recursos y de dar a estos profesionales el reconocimiento que merecen,” afirmó el parlamentario, destacando que el SCS cuenta actualmente con un presupuesto histórico que debería permitir mejorar las condiciones laborales.
Antonio Martínez, formador en el Centro de Formación Profesional Majada Marcial, compartió su perspectiva sobre la calidad de la formación que reciben los TES y su disposición para atender situaciones críticas. “Es increíble que después de tantos años no exista una categoría profesional para ellos, considerando el trabajo vital que realizan,” comentó Martínez, resaltando la importancia de su rol en el sistema de salud.
Iván Amador, secretario general de CITES, también expresó su apoyo a la causa, señalando que las condiciones laborales de los TES son precarias y que la falta de reconocimiento afecta significativamente la calidad del servicio que ofrecen. Amador subrayó que se trata de una cuestión de seguridad y responsabilidad, añadiendo que el reconocimiento formal de esta profesión podría mejorar sustancialmente las condiciones laborales del colectivo.
El debate sobre la falta de fiscalización en los servicios de emergencia fue otro de los temas centrales abordados durante la entrevista. Los tres resaltaron las deficiencias en la atención sanitaria, expresando la necesidad de una mayor regulación y control en la prestación de estos servicios. Caraballo enfatizó que la integración de los TES en el SCS es crucial no solo para su estabilidad laboral, sino también para mejorar la atención al público que depende de un sistema de urgencias robusto y bien gestionado.
A medida que el Parlamento se prepara para discutir la propuesta no de ley, Caraballo expresó su esperanza de que esta se traduzca en mejoras tangibles durante la negociación del nuevo convenio colectivo que comenzará en mayo. “Es momento de que se escuche a los que cuidan de nuestra salud,” concluyó Caraballo, instando a todos los actores involucrados a sumar esfuerzos en esta causa.