Cerca de 60 buques metaneros se encuentran actualmente amarrados debido a la escasa demanda de transporte de gas natural licuado (GNL) y a los bajos niveles de fletes en el sector, según datos de Clarksons Research. Esta situación está llevando a los armadores —especialmente en Corea del Sur— a vender sus buques más antiguos y menos eficientes para reciclaje.
Según dicho analista, los fletes para metaneros tri-combustible de propulsión diésel-eléctrica (Tri-Fuel Diesel Electric, TFDE) rondan los 15.000 dólares diarios ($/d) de media. Para los más modernos se acercan a los 30.000 $/d, muy por debajo de los niveles sostenibles para muchos operadores, especialmente los que poseen tonelaje más antiguo, informa Anave.
La diferencia de eficiencia de consumo de combustible entre los buques de turbina de vapor y los más recientes está impulsando el repunte del reciclaje. Los buques más antiguos encuentran dificultades para competir en el mercado spot actual, donde las normativas sobre emisiones y la eficiencia energética son factores fundamentales en la toma de decisiones de fletamento.
Según Clarksons, la semana pasada se vendieron para su reciclaje cuatro metaneros pertenecientes a armadores surcoreanos, propulsados por turbina de vapor. El Hyundai Aquapia y el Hyundai Technopia, con 135.000 m3 de capacidad y construidos en 2000 y 1999, respectivamente. Ambos se vendieron conjuntamente a un precio aproximado de 565 dólares por tonelada de desplazamiento en rosca (Lightweight Displacement Tonne, LDT), lo que supone unos 19,2 millones de dólares por cada uno. En una operación similar, también se enviaron a reciclar el HL Ras Laffan y el HL Sur, ambos construidos en 2000.
Con estas operaciones, en los cinco primeros meses de 2025 se han vendido para desguace siete metaneros con una capacidad total de 830.000 m³, acercándose ya a los ocho buques y 960.000 m³ de capacidad reciclados durante todo 2024.
Analistas del sector señalan que, de mantenerse esta tendencia, más unidades podrían seguir el mismo destino en los próximos meses, contribuyendo a un ajuste de la oferta en un mercado presionado por la baja demanda y la transición hacia flotas más eficientes y sostenibles.