Arrecife (Lanzarote) (EFE).- Juan José Otamendi gestiona, junto a su hermano Fermín, la bodega más antigua de Canarias y una de las diez más antiguas de España. Bodegas El Grifo, en Lanzarote, cumple 250 años, desde 1775, como marca una inscripción con esa fecha en el lagar original en La Geria.
Allí se asienta la bodega y el Museo del vino, en la zona que fue, hasta las erupciones del siglo XVIII granero de Canarias, transformado por la ceniza y el esfuerzo del agricultor lanzaroteño en un paisaje de viñas único en el mundo.
En una entrevista, Otamendi valora el Premio a la Excelencia Turística que acaba de recibir del Gobierno de Canarias y habla del futuro y presente de esta bodega.
Pregunta:¿Dónde está el secreto para mantenerse tantos años?
Respuesta: La viña en Lanzarote se ha mantenido por falta de alternativa. ¿Qué plantarías ahí si no hubiera viña? Aunque eso produce que el rendimiento sea muy bajo, como es lógico por la falta de lluvia, nos ha mantenido. En los últimos años ha habido un cambio más comercial que otra cosa, porque los vinos siguen siendo los mismos. Todas las bodegas están haciendo un buen vino, lo cual es una cosa muy buena porque jamás puedes pretender prestigiar tu vino si los demás no lo hacen también.
P:La competencia les favorece…
R:Sí, porque al final si el sector va mal, va mal para todos. Los mercados también son cada vez un poquito más receptivos y aunque haya mucha dificultad, nuestros números son muy pequeños. Este año va a ser catastrófico, pero un año bueno son dos millones o dos millones y medio de kilos. Eso lo hace cualquier bodega grande en la Península en cualquiera denominación… Es decir, el sector tiene muy poca importancia económicamente. Otra cosa es que simbólicamente, paisajísticamente, la tenga.
P: Porque el vino de Lanzarote vende algo más que vino, vende el paisaje.
R: Se ha producido una revolución, que la gente no se ha dado cuenta. La gente cree que hay unos agricultores que están allí, que tienen su viña y viven de eso. La realidad es que no hay nadie así. La gente tiene su trabajo, su actividad, y esto es una cosa residual que se da también en otros productos en otras zonas. Eso juega a favor en cuanto al mantenimiento de la viña. Si la gente viviera solo de la viña, que no es el caso, se hubiera abandonado. La gente no lo contempla como un medio de vida. Si luego, al final, ganas, 7.000 o 10.000 euros, pues bienvenidos, son.
P: Pero el vino ha elevado mucho su precio. ¿Puede llegar a morir de éxito?
R: Sí, por lo siguiente… Este año pagamos a cuatro euros el kilo de uva. Puede ser que hasta diez veces mas que en otros sitios. Entonces el vino se tiene que vender caro, pero hasta Lanzarote se puede volver insolvente. ¿Cómo voy a pretender vender en una pizzería una botella que a lo mejor vale tanto como el resto de la comanda?
Con los precios que hemos ido subiendo lo estamos convirtiendo en un producto de lujo. Pero hay que vender fuera. Se ha conseguido, aunque cuesta mucho, pero las nuevas tecnologías lo están facilitando bastante.
P: Uno de los riesgos potenciales de La Geria es el exceso de concentración de viñedos por parte de las bodegas
R: Es que es una agricultura sin agricultores. Es un fenómeno que ya descubrieron los franceses. Estamos hablando de una Francia agrícola que no existe, porque ahora las hacen las compañías. Quienes están produciendo productos agrarios son las sociedades. Del matrimonio agricultor que tiene allí su granja y con sus hijos, algo queda, pero la gente no quiere vivir ahí, quiere vivir en ciudades.
P: Este año la vendimia va a ser bastante escasa porque no ha hecho frío cuando tenía que haberlo hecho. ¿Le preocupa que se convierta en una constante debido al cambio climático?
R:El cambio climático es un fenómeno geológico que no es de hoy para mañana, porque si no te lo diría al revés, si el año que viene hay una cosecha buena, ¿no hay cambio climático? No es una cosa que va a ser tan drástica. Lo que pasa que este año se han juntado una serie de cosas de todo tipo.
P: El Grifo siempre ha tenido relación con el arte o la cultura, con personas como José Hierro, Saramago o César Manrique, que hizo el logotipo.
R: Realmente el vino está muy relacionado con la cultura. No solo por las raíces. Eso lo decía Saramago, que agricultura y cultura tienen la misma raíz. Lanzarote tiene un componente cultural. Hay una cantidad de fotógrafos, artistas, no solo en Lanzarote, sino que vienen, hacen obra y se marchan, hay una riqueza… En la Feria del Libro de Madrid se han juntado cinco editoriales de la isla y tenían allí un espacio en la Feria, eso era impensable antes. Lo que pasa es que la cultura es algo como que no se ve, que subyace.
P:La bodega tiene 250 años y ha pasado ya por tres familias. ¿Está garantizado el relevo?
R: No me obsesiono con eso porque la bodega es lo antiguo. Lo importante es que la bodega viva. Que sea luego de mis hijos o de los hijos de Fermín es una cosa poco importante, poco relevante. Cada uno vive en su generación y yo no puedo decir a mis hijos qué es lo que tienen que hacer. Eso sería como intentar vivir más allá de mi vida, y eso no puede ser. Si no son ellos, alguien lo cogerá. Nuestra resiliencia no es solo la nuestra, sino la de todo el sector. Y si somos tan antiguos es porque unos han cerrado pero se han abierto otras. Las de Tenerife, que nos sacan dos siglos desde el inicio de la viña, lo dejaron, pero eran más antiguas… EFE