El centro sanitario celebró la pasada semana unas jornadas para visibilizar esta patología y su abordaje multidisciplinar
Los profesionales ofrecen un tratamiento personalizado a los pacientes y favorecen una mayor adherencia al tratamiento
El Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, centro adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, atiende aproximadamente a doscientas personas al año que padecen síndrome cardiorrenal, en su mayoría hombres mayores de setenta años.
El complejo hospitalario celebró unas jornadas dirigidas a profesionales de Cardiología y Nefrología con el objetivo de dar a conocer esta patología y subrayar la importancia de un abordaje conjunto que permita disminuir los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardiaca y enfermedad renal, así como las visitas a urgencias.
Asimismo, se puso en valor el abordaje multidisciplinar y el papel del servicio de Farmacia para ofrecer al paciente un tratamiento farmacológico totalmente adaptado, que permita una mayor adherencia.
Tanto médicos como residentes del centro hospitalario participaron en estas sesiones formativas, en las que se abordaron las cuestiones más relevantes y destacables sobre insuficiencia cardiaca y cómo tratarla para evitar reingresos, así como su correlación con la insuficiencia renal.
Las jornadas se organizaron con la intención de concienciar sobre la elevada tasa de ingresos hospitalarios asociada a estas patologías y la relevancia de un manejo coordinado de ambas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Recaídas
Durante el encuentro se expusieron aspectos como los cuatro momentos clave en los que puede producirse una recaída de la insuficiencia cardiaca y las ventajas del Desfibrilador Automático Implantable (DAI), un dispositivo que se instala de manera subcutánea y que permite monitorizar el ritmo cardiaco, administrar descargas eléctricas o emitir estímulos para corregir arritmias graves.
Los facultativos emplearon historias de pacientes reales para ilustrar casos concretos con los que los residentes pudieran aprender de qué forma manejar una patología que está comenzando a reconocerse actualmente, de manera que conocieran las características comunes que poseen la insuficiencia cardiaca y la renal, así como las necesidades específicas de sus pacientes.