La portavoz del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Jimena Delgado, ha solicitado hoy al grupo de gobierno (PSOE, Podemos y NC) la puesta en marcha de un plan integral de protección para los comercios y espacios emblemáticos de la ciudad, tras conocerse la advertencia de precinto a la histórica panadería Miguel Díaz —en funcionamiento desde 1920— si no se paraliza la actividad.
“No ha cerrado, pero si una panadería centenaria se enfrenta al precinto por trámites que pudieron prevenirse o realizarse mejor, no solo está en riesgo una empresa, sino un pedazo de nuestra historia”, afirmó la edil popular. Delgado subrayó que la capital grancanaria atesora una gran cantidad de espacios que forman parte de la idiosincrasia de la ciudad.
“El pasado enero propusimos la elaboración de un catálogo de comercios y espacios emblemáticos, de barrio, oficios tradicionales, establecimientos familiares, cafés históricos y talleres que han dado vida a nuestras calles durante generaciones”, recordó. Desde entonces, ha cerrado el Café Madrid y ahora se enfrenta a la posible clausura esta panadería de Triana. “Si sucumben, perdemos identidad. Hablamos de vínculos, de memoria colectiva y de la economía que sostiene el tejido social de los barrios”, señaló.
Para la portavoz popular, la defensa del patrimonio urbano no puede reducirse a fachadas o inmuebles catalogados, sino que debe integrar los “usos vivos” de la ciudad: panaderías, mercerías, heladerías, mostradores que llevan décadas despachando a nuestros vecinos y conociendo a sus clientes por su nombre. “El Ayuntamiento debe diseñar una política activa de protección que permita regularizar y adaptar sin condenar al cierre”, añadió.
En este sentido, el Partido Popular propone un dispositivo técnico-jurídico que incluya una ventanilla única para licencias y declaraciones responsables, itinerarios de regularización con plazos transitorios claros y realistas para acometer mejoras, y protocolos de mediación cuando existan molestias o conflictos vecinales (emisiones, ruidos o humos de chimeneas, como en este caso). “Las obligaciones legales se cumplen mejor cuando la administración ayuda, orienta y establece calendarios razonables, no cuando aparece solo en el último minuto para pedir el precinto”, recalcó.
Además, Delgado planteó un paquete de incentivos y apoyos con bonificaciones fiscales ligadas a la ejecución de obras de adecuación, ayudas a la modernización técnica (extractores, filtros, insonorización, eficiencia energética) y prioridad en las convocatorias para establecimientos con arraigo y valor patrimonial. “Invertir en que un negocio icónico siga abierto es más rentable para la ciudad que lamentar su pérdida definitiva, ya que además mantiene empleo, actividad económica y atractivo urbano”, explicó.
“Proteger lo que somos también es construir ciudad. Pedimos evitar el precinto de la panadería Miguel Díaz mediante un plan de regularización urgente y asistido, y, en paralelo, desplegar una estrategia estable para que ningún espacio emblemático vuelva a caminar solo ante trámites complejos”, concluyó. “Las Palmas de Gran Canaria no puede permitirse que sus referentes cotidianos desaparezcan por falta de apoyo. Sucumbir sería perder nuestra identidad”, finalizó.