Cristina Magdaleno Galdona
Santa Cruz de Tenerife (EFE).- ¿Puede Canarias reencontrarse con uno de sus artistas más relevantes si su obra permanece sin techo desde 2017? La venida a Canarias de ‘Néstor reencontrado’, la retrospectiva de Néstor Martín-Fernández de la Torre recién llegada del Reina Sofía de Madrid, podría cerrar parte de esa herida, agravada por el olvido de los historiadores de arte, que lo «ignoraron y malentendieron» durante décadas.
Es la reflexión que hace el historiador y crítico de arte Juan Vicente Aliaga, encargado de comisariar la muestra que se abre este viernes 24 en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) y que cuenta con más de 200 piezas para conocer y contextualizar al artista conocido simplemente como Néstor (Gran Canaria, 1887-1938), en la primera gran exposición antológica dedicada al artista en Tenerife.
En una entrevista con EFE, Aliaga subraya la necesidad de ese reencuentro tras muchos años en los que su obra, asevera, «no ha sido bien leída por los críticos de arte y los historiadores de arte que han trabajado en España».
«Durante mucho tiempo, muchos años después de muerto y sobre todo terminado el franquismo, quienes analizaron la obra de los artistas españoles de las tres primeras décadas del siglo pasado ignoraron totalmente a Néstor o lo malentendieron. Los principales historiadores españoles no han sabido captar la originalidad de su obra», argumenta Aliaga.

Una llamada de atención
Para el experto, la muestra es «una llamada de atención a la crítica de arte y a la historiografía española para releer a Néstor de otra manera y desde una perspectiva actual.
Si hay algo que no se ha hecho desde la muerte del artista, agrega Juan Vicente Aliaga, es contextualizar su trabajo, hablar de sus gustos literarios, de sus fascinaciones, de la correspondencia con sus amigos, de quiénes eran sus influencias, qué éxito tuvo en Barcelona, Madrid o París y qué decía la prensa del momento sobre él.
«También quiero que el público tinerfeño conozca cómo fue recibido -en su época-, aceptado por unos y criticado por otros», resume Aliaga.
Fascinado por el modernismo catalán
Organizada en torno a nueve secciones, la muestra analiza sus «titubeos iniciales», su búsqueda de identidad o su etapa en Barcelona, donde se siente «fascinado por la arquitectura modernista» y mantiene contacto con la intelectualidad catalana.
Allí, añade el comisario, Néstor es apreciado por un sector del coleccionismo, pero también recibe algunas críticas por el atrevimiento de alguna de sus obras, como ‘Epitalamio’, donde el propio Néstor aparece travestido en lo que Aliaga considera «una osadía extrema en ese momento».
En Barcelona, el artista canario se relaciona con otros artistas del momento como Mariano Andreu, Laura Albéniz e Ismael Smith, con los que llega incluso a realizar exposiciones conjuntas que son recibidas «entre pullas tremendas» y «donde se le fustigó con gran encarnizamiento por el componente decadente o ambiguo sexualmente que tenían algunas de sus obras».

La muestra aborda también el acercamiento del pintor grancanario al «mundo de las feminidades». «Estuvo rodeado de mujeres a lo largo de su experiencia vital: del mundo del teatro, de la escena, de la danza…», señala.
En los cuadros que Néstor pinta de mujeres, resalta Aliaga, en algunos casos son mujeres que siguen la estética femenina de la época y en otras son mujeres más masculinizadas, con una gran corporalidad atlética, con musculatura… «algo totalmente inusitado en su momento».
Elementos, casi surrealismo y la gran transgresión
La muerte prematura de Néstor privó al público de la terminación de su proyecto más ambicioso, relacionado con la representación de los cuatro elementos.
«Pudo completar el agua y la tierra pero no el aire y el fuego. Son las obras más ambiciosas y mejor terminadas. Claramente hay un componente casi surrealista en la forma de mostrar a los peces zambullidos», indica Aliaga.
A su juicio, el realismo no existe en la obra de Néstor, pues vivía «en un mundo claramente de fantasía».
«‘El poema de la tierra’ es el más atrevido en lo que se refiere a cuestiones de sexualidad y tres de sus obras claramente muestran a parejas homosexuales con inspiración de la flora canaria (…) y se interesa por huir de esa separación estricta entre lo masculino y lo femenino», reflexiona el crítico de arte.

Es en esa lectura sobre los géneros donde en opinión de Juan Vicente Aliaga estriba la gran transgresión e innovación de Néstor en su época.
«Es algo de un enorme atrevimiento en el contexto europeo de los años 30», añade Aliaga, que destaca asimismo otra de las pequeñas secciones de la muestra, dedicada al tema de los sátiros, una figura mitológica que Néstor encontraba interesante «por su carácter lascivo».
Néstor polifacético
El comisario de ‘Néstor rencontrado’ pide asimismo no olvidar las manifestaciones de la obra del grancanario «no tan conocidas», como sus proyectos para decorar obras de teatro, musicales y las colaboraciones con su compañero sentimental, el compositor Gustavo Durán Martínez.
«Diseñó incluso muebles, tejidos, carteles, tapices… Era un hombre del Renacimiento, como se suele decir», concluye Juan Vicente Aliaga. EFE

















