El Gobierno de Canarias ha desmentido que las recientes actuaciones previstas en la central eléctrica de El Charco, en el municipio de Puerto del Rosario, impliquen una ampliación de la instalación. Según confirmó el consejero de Transición Ecológica y Energía, Mariano H. Zapata, los trabajos autorizados consisten únicamente en la instalación de un transformador y nuevo cableado, con el objetivo de reforzar la red de distribución eléctrica y mejorar la seguridad del suministro en la capital majorera.
“No se aprueba una ampliación de la central de El Charco, solo se asegura el suministro, con unas actuaciones que no contaminan ni emiten CO2, para evitar así nuevos apagones”, subrayó el consejero durante un encuentro institucional celebrado este martes con representantes del Cabildo de Fuerteventura y del Ayuntamiento de Puerto del Rosario.
Las intervenciones han sido coordinadas con las compañías Endesa y Red Eléctrica, y están orientadas a fortalecer un sistema eléctrico que actualmente es frágil e inestable, como han alertado los propios operadores del sistema desde 2021. La isla arrastra un déficit energético estimado en 50 MW, lo que supone un riesgo de interrupciones frecuentes en el suministro.
En el marco de esta reunión, el Ejecutivo canario también presentó los detalles de dos proyectos temporales adjudicados a Disa y Sampol, que permitirán añadir 32,8 MW de potencia al sistema majorero, cubriendo casi un 70% del déficit actual. Estas nuevas infraestructuras estarán ubicadas en el municipio de Puerto del Rosario y se activarán únicamente en situaciones críticas, como medida de respaldo temporal.
“Hemos venido a Fuerteventura a dar la cara, a explicar en detalle qué estamos haciendo y a ratificar que este Gobierno sí tiene una hoja de ruta para garantizar que las islas cuenten con un sistema eléctrico seguro, moderno y más equilibrado”, expresó Zapata, destacando la importancia de mantener el diálogo entre administraciones para lograr avances en un momento crucial para el sistema energético insular.
Los nuevos grupos energéticos emplearán combustibles más limpios, como propano y gasóleo, con menores emisiones, y todos los equipos contarán con tecnología de alta eficiencia. Las medidas, según subrayó la Consejería, no son una solución estructural definitiva, sino parte de una estrategia de emergencia energética que combina actuaciones urgentes con un plan más amplio de transición hacia las renovables.
En ese sentido, Zapata aseguró que cada intervención en infraestructuras energéticas se hará con criterios de sostenibilidad, necesidad técnica y coordinación local, avanzando así hacia un modelo más robusto y respetuoso con el entorno.