Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- El empresario ruso afincado en Gran Canaria Vladimir Kokorev ha aceptado este lunes en la Audiencia de Las Palmas una condena de dos años y tres meses de cárcel -tiempo que ya ha cumplido en prisión preventiva- y 20 millones de euros de multa tras confesar que blanqueó 58 millones no declarados de sus negocios con Guinea Ecuatorial entre 1999 y 2012.
La defensa de la familia Kokorev y la Fiscalía Anticorrupción han formalizado ante el tribunal un acuerdo por el que se dictará una condena de conformidad que también impone a la esposa del empresario, Yulia Maleeva, un año y once meses de prisión y quince millones de multa, pero exime de cualquier responsabilidad al hijo de la pareja, Igor, que hasta este lunes también estaba procesado en el caso.
El asesor fiscal de Vladimir Kokorev, Juan Arencibia, y sus hermanas Margarita y María Luisa, han aceptado condenas que igualmente les evitan ingresar en prisión: un año de cárcel y una multa de 500.000 euros para el primero y seis meses de cárcel y una multa de 10.000 euros cada una de sus hermanas.
La sentencia de conformidad incluye además el decomiso de todos los bienes y cuentas embargados a la familia Kokorev hasta cubrir el valor de las multas e indemnizaciones impuestas.
Aquejado desde hace tiempo de problemas de salud, Vladimir Kokorev ha comparecido en esta vista por videoconferencia desde una cama.
El empresario ha admitido la comisión de los hechos que finalmente le imputa la Fiscalía, que ha modificado su escrito de acusación al entender que el auto de prórroga de la causa dictado por la instructora en febrero de 2020 fue extemporáneo, con lo que las diligencias posteriores han quedado anuladas, ha explicado el fiscal Anticorrupción de Las Palmas, Javier Ródenas.
Además, ha tenido en cuenta como atenuante las dilaciones «extraordinaria» que se han producido en este proceso que ha durado 16 años desde que comenzó y que tuvo «dos tiempos muertos» no imputables a las defensas, ha señalado el fiscal, que además ha recordado a los periodistas que Vladimir Kokorev aún se encuentra inmerso en un procedimiento de la Audiencia Nacional por tráfico de armas con Guinea Ecuatorial.
Según el fiscal, los acusados «ejecutaron en la cadena de entes societarios (que poseían) numerosos actos de camuflaje jurídico para disfrazar y tratar de encubrir el origen primario del dinero obtenido de la negociación, confección y ejecución del comercio de compraventa de buques de carga y pasajeros y de otros bienes vendidos a la República de Guinea Ecuatorial».
Esta actividad comercial, «jamás» fue declarada, así como la actividad y la propia finalidad de retorno de los flujos millonarios inicialmente depositados en la entidad bancaria Nordea Bank (Dinamarca) hasta su conversión en patrimonio inmobiliario.

Los acusados Vladimir Kokorez y Juan Arencibia diseñaron, gestionaron, constituyeron, ejecutaron y aceptaron la utilización de un entramado societario integrado por un conglomerado de sociedades mercantiles que operaban entre sí de una forma simultánea o superpuesta en el tiempo.
Este entramado pretendía canalizar de forma segura las millonarias ganancias generadas por la ilícita actividad de Vladimir Kokorev con origen en la defraudación a la Hacienda Pública española de los beneficios obtenido por los contratos en la República de Guinea Ecuatorial.
Además, todas las sociedades eran controladas por Vladimir Kokorev y su esposa Yulia Maleeva.
Y la participación de Juan Arencibia, a partir de 2004, resultó decisiva, pues como experto en asesor financiero, facilitó a los Kokorev una serie de operaciones bancarias tendentes al aprovechamiento de fondos cuyo origen delictivo conocía, señala el escrito del fiscal.
Una vez que el acusado Juan Arencibia es informado de las millonarias cantidades de dinero que tenía que asesorarles, todos connivieron en la creación de un mecanismo financiero en el extranjero destinado a recoger ese dinero generado por el comercio en la República de Guinea Ecuatorial, no declarado en España, para que pudiera actuar de manera aparentemente legal.
Y para ello no dudaron en poner al frente de varias mercantiles a las hermandas de Juan Arencibia como administradoras únicas a los efectos de figurar como pantallas de empresas de la familia Kokorev, quieren realmente controlaban en todo momento el flujo financieron de los beneficios sin tributar, añaden los hechos reconocidos por la defensa.
Y en todo el entramado creado, no consta que el hijo de los Kokorev haya tenido participación alguna en los hechos. EFE