Los restos del científico Blas Cabrera descansan ya en suelo canario 85 después de su exilio

Los restos mortales del científico canario Blas Cabrera y su familia descansan ya en el cementerio de San Luis de La Laguna, donde han sido inhumados en la mañana de este sábado en un acto en el que se han congregado familiares, miembros de la Corporación municipal, encabezados por el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, y la cónsul honoraria de México en Canarias, María Ángeles Baca Herrejón, además de profesores de la Universidad de La Laguna y ciudadanos a título particular. 

Los restos del científico Blas Cabrera descansan ya en suelo canario 85 después de su exilio
El alcalde agradece la colaboración del Consulado Honorario de México en Canarias y de la Universidad de La Laguna a la hora de posibilitar un acto que hace “justicia con la historia”

Luis Yeray Gutiérrez expresó una “felicidad inmensa” por lo que consideró “un día histórico para La Laguna” en el que ha sido posible “que Blas Cabrera, el padre de la física en España, vuelva a su ciudad, que lo vio crecer y evolucionar como persona y donde conoció su amor también”, indicó en referencia a su mujer, la lagunera María Sánchez Real, cuyos restos también han sido sepultados en el día de hoy, además de los de su hijo Blas Cabrera Sánchez y su nieta Rocío. 

El alcalde insistió en que con este acto se hace “justicia con la historia” con una figura “que tuvo que salir huyendo de nuestro país por la Guerra Civil y hoy por fin, con la ayuda del consulado de México, y de la Universidad de La Laguna, hemos hecho posible que vuelvan los restos de Blas Cabrera”.

En nombre de la familia habló Luis Cabrera, nieto del homenajeado, quien aseguró que “poder tener de vuelta al abuelo con la familia es muy emotivo, sobre todo por la acogida que está teniendo. Es un homenaje y una reivindicación de la figura de Blas Cabrera, que en cierto modo es de todos los canarios. Para mí, que también soy físico, significa que si este fuera un entierro normal, tendríamos que estar todos compungidos y tristes y sin embargo tengo que reconocer que estoy feliz”, comentó. 

La cónsul honoraria de México relató cómo hace unas semanas el alcalde de La Laguna le transmitió la voluntad de expatriar los restos mortales de Blas Cabrera, en un momento en que ella estaba a punto de viajar a México, lo que permitió acelerar un proceso “muy emotivo porque en el camino iba encontrando personas que solo querían ayudar a que volviera pronto Blas Cabrera”, destacando el papel desempeñado por el profesor de la Universidad de La Laguna, Jorge Méndez. 

Acogimos a Blas Cabrera con muchísimo amor, México lo cuidó durante esos 85 años y México lo trajo a Canarias donde tenía que descansar en su tierra. Somos pueblos hermanos y ha sido para nosotros un honor poder ser partícipes en este momento tan feliz”, expresó María Ángeles Baca Herrejón. 

Blas Cabrera Felipe nació en Arrecife en 1878. Siendo aún un niño su familia se trasladó a vivir a La Laguna, donde pasó su niñez y juventud hasta que marchó a Madrid, donde se doctoró en Ciencias Físicas. Considerado ‘el padre de la Física en España’, su aportación en este ámbito fue notable. No solo realizó trabajos de investigación sino también de divulgación y difusión de modernas teorías físicas. Su ingente labor fue reconocida en el ámbito internacional, siendo anfitrión de Albert Einstein en su célebre visita a España en 1923, y tratando con personalidades de renombre mundial como Madame Curie o Niels Bohr.  

Fue rector de la Universidad Central de Madrid, presidente de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, miembro de la Sociedad Española de Física y Química y miembro de la Academia Española. A raíz del estallido de la Guerra Civil, Blas Cabrera se vio obligado a exiliarse, como tantos científicos españoles, y se trasladó primero a Francia y posteriormente a México, donde fue profesor de la universidad de la capital desde 1941 hasta su muerte, en 1945.  

El alcalde de La Laguna presentó el pasado mes de septiembre una moción en el pleno de la Corporación, aprobada por unanimidad, para reconocer “su gran aportación a la cultura científica y su consideración como la principal figura de la física en la España del siglo XX” y propiciar la repatriación de sus restos desde México, donde Blas Cabrera murió en el exilio.